EN CANBERRA
Los delincuentes, armados con sierras, entraron en el museo nacional de dinosaurios el sábado por la noche para destrozar las réplicas a tamaño natural de los dinosaurios.
La policía espera recuperar las cabezas de los dinosaurios y detener a los cazadores de trofeos.
"Probablemente, piensan que es una broma y que es gracioso, pero en realidad es un delito criminal", dijo el sargento Rod Anderson a los periodistas en Canberra, según 'The Australian'.
"Han arruinado una exposición muy buena para la gente, especialmente los niños, es un acto estúpido", dijo el agente.