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Tremenda bronca en la Eurocámara por el catalán en las aulas

Los diputados españoles se han enfrentado en un agrio debate sobre el informe preliminar que analiza la situación del catalán en los colegios de Cataluña. El texto pide el mismo tratamiento para el castellano y el catalán como lengua vehicular. La tensión de la campaña en España se ha trasladado a Bruselas.

Unos diputados pretendían frenar el texto del informe, los otros impulsarlo. Unos creen que el castellano está perseguido en Cataluña, los otros que el catalán corre peligro de desaparecer. Al final, la lengua utilizada como arma política, ha provocado uno de los mayores enfrentamientos parlamentarios que se recuerdan en Bruselas.

“No me hable con ese tono”, le espetaba la diputada del BNG, Ana Miranda, a Dolors Monserrat, del PP. “Usted debe hacer una reflexión, la reputación de esta Comisión está por los suelos y usted tiene mucho que ver con ese desprestigio”, añadía Toni Comín, de Junts. Monserrat ha centrado la ira de la mayor parte de las críticas de los grupos de izquierda, que acusan a la popular de politizar el contenido del informe y de usar la Comisión de Peticiones, -de la que es presidenta desde hace 4 años-, para impulsar los temas que más le convienen mediáticamente al PP.

El PSOE ha recordado en la sala que sus diputados no participaron en la misión a Cataluña porque denunciaron que “el procedimiento adolecía del mínimo cumplimiento de las normas” y no se tuvieron en cuenta ninguna de sus sugerencias. “Lo que no veo muy normal es de aquí va a salir un informe sobre un tema sobre el que la UE no tiene competencias… están haciendo un paripé, una vez más”, ha dicho Cristina Maestre, del PSOE, visiblemente enfadada.

En un momento de la sesión, los socialistas también han acusado a los populares de llenar la sala de diputados de su grupo para subir la presión y apuntalar sus mayorías. “Si ya no tienen ni sitio para sentarse”, les decía entre risas sarcásticas la diputada del PSOE. Desde la bancada de Vox, Jorge Buxadé, cargaba contra esas carcajadas que se acababan de escuchar en la sala: “La izquierda ya ha tenido su momento de gloria ante las cámaras de televisión”… y centraba de nuevo el debate en la situación de las lenguas: “estamos ante un modelo de apartheid lingüístico a más de la mitad de la población”, sentenciaba.

El informe pide defender la discriminación del castellano

El informe preliminar es preocupante. Se muestra que en algunos colegios catalanes “se respira un alto nivel de polarización respecto al modelo educativo”, y hay algún punto incluso más alarmante, ya que habla de posibles discursos de odio cuando una familia ha pedido clases adicionales en español. Por eso, el texto pide a la Comisión Europea que siga de cerca la aplicación de las normas en las escuelas de Cataluña.

La jefa de la misión del Parlamento Europeo que viajó en diciembre a Cataluña para examinar el modelo lingüístico es la diputada liberal de Estonia, Jana Toom. Ella ha sido la encargada de recoger todas las sensibilidades que vivieron, después de hablar con docentes, autoridades y actores relevantes del sector.

Jana Toom ha pedido a la cámara una "posición muy firme" frente a todo discurso de odio y ha abogado por pedir que se exija a las autoridades competentes medidas para proteger a las familias que son acosadas por reivindicar el derecho de sus hijos a recibir clases en español.

"Estoy segura de que esta Comisión de la eurocámara tendrá una posición muy firme denunciando cualquier forma de discurso de odio. Deberíamos pedir a todas las autoridades que investiguen cualquier denuncia y se tomen las medidas necesarias para asegurar que todas las familias en la región se sientan a salvo", ha dicho muy firme la diputada estonia.

Ella ha explicado que hablaron con familias que mostraron “los extremos a los que han llegado para recibir más enseñanza en castellano y el terrible tratamiento que tuvieron que afrontar después". El informe valora y reconoce la dificultad que existe para reconciliar dos posiciones sobre el estado de la lengua en Cataluña que son "tan dramáticamente opuestas". Y por eso ha pedido a los gobiernos que jueguen un papel mediador y reconciliador.