Jair Bolsonaro
El expresidente de Brasil ha tardado horas en ofrecer una respuesta al asalto de los tres poderes en Brasil
Dirigentes de todo el mundo han condenado con rotundidad el asalto de los tres poderes en Brasilia de simpatizantes ultraderechistas de Jair Bolsonaro. El expresidente Brasileño se encontraba en Florida (Estados Unidos) en el momento del intento de golpe. Bolsonaro ha tardado horas en ofrecer un rechazo tibio a la invasión en Brasil. Más de 400 personas han sido detenidas y el presidente Lula da Silva anunció la intervención federal.
"Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", ha señalado el expresidente en sus redes sociales.
Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, criticó "las acusaciones, sin pruebas" vertidas por el actual jefe de Estado. Lula ha recriminado a su predecesor "estimular" los actos golpistas de sus partidarios más radicales. "A lo largo de mi mandato, siempre estuve dentro de las cuatro líneas de la Constitución y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad", ha explicado el líder de la extrema derecha brasileña.
El expresidente continúa sin reconocer abiertamente su derrota en las elecciones del pasado 30 de octubre. Desde las elecciones ha minimizado su presencia en actos públicos. Mientras, sus seguidores más radicales han bloqueado varias de las principales carreteras del país o promovido graves disturbios en Brasilia en vísperas de la toma de posesión de Lula.
Asalto a los tres poderes en Brasil
Miles de simpatizantes de Jair Bolsonaro han asaltaron en la tarde del domingo el Congreso brasileño tras romper las barreras policiales y mostrar su rechazo al recién nombrado presidente del país.
El área que recorre el Congreso fue acordonada por las autoridades tras la llegada de varios autobuses con simpatizantes. Al llegar, lograron romper los cordones de seguridad y varios de ellos fueron capaces acceder hasta el techo del edificio. También entraron en el Tribunal Supremo y en el edificio presidencial, más conocido como el Palacio de Planalto.