SU POLÍTICA ES DEVOLVER EMBARCACIONES AL MAR
Tailandia está preparada para acoger el barco con al menos 450 inmigrantes indocumentados que en los últimos días ha navegado a la deriva en aguas de Tailandia y Malasia, según ha afirmado un portavoz de la Marina tailandesa.
Wirapong Nakprasit, oficial de la Marina tailandesa, indicó que en tres ocasiones desde el pasado jueves han asistido al barco con comida y agua, pero los inmigrantes, en su mayoría rohingyas, insistieron en que quieren ir a Malasia o Indonesia.
"Ayer les arreglamos el motor porque tenía agua y les dimos comida para un día y medio, suficiente para llegar a Indonesia", indicó el militar en la isla de Lipe, en el suroeste de Tailandia. Aunque Tailandia ha reiterado que su política es no aceptar barcos con inmigrantes, Wirapong aseguró que la Marina tiene un planONU contingencia para acoger a los inmigrantes si corren peligro por razones humanitarias.
La víspera, el barco, en el que viajan 150 hombres, 200 mujeres y 100 niños en situación precaria, fue rechazado por las autoridades malasias y, por segunda vez desde el jueves pasado, retrocedió hasta aguas tailandesas.
En este momento, la Marina tailandesa cree que el navío, un barco de pesca de madera adaptado para pasajeros, se encuentra en aguas internacionales. Unas 6.000 personas se encuentran, según la ONU, atrapadas en barcos a la deriva en el golfo de Bengala a la espera de poder desembarcar en Tailandia, Malasia o Indonesia, semanas después de que zarparan de Bangladesh y Birmania.
Gran parte de los inmigrantes son rohingyas, una minoría musulmana perseguida en Birmania, donde no se les reconoce la ciudadanía. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo de 2014.
Tailandia y Malasia han pedido al Gobierno birmano que aborden los problemas de los rohinygas para frenar el éxodo. Sin embargo, Birmania achaca el problema al tráfico de personas en Tailandia y se niega a aceptar a los rohingyas, incluido el término, ya que los considera inmigrantes ilegales de Bangladesh, donde tampoco son reconocidos.