Europol
Hace más de una década que el fugitivo abandonó España para irse a su país natal. Sin embargo en su domicilio había pruebas que lo incriminaban en el asesinato de la joven.
La Policía Nacional ha lanzado una alerta internacional para localizar a Cristian Hernán Yong Granadino, conocido como "Chuki", un fugitivo peruano que lleva 15 años evadiendo la justicia. Este hombre, de 44 años, es el principal sospechoso del asesinato de su exnovia, Silvia Rodríguez Fernández, quien tenía solo 16 años cuando fue brutalmente asesinada en 2010 en la ciudad madrileña de Leganés.
La identidad de Yong Granadino ha sido añadida a la lista de los delincuentes más buscados por Europol. Para facilitar su localización, la Policía Nacional ha proporcionado a Europol tanto una imagen antigua del fugitivo como una recreación generada por inteligencia artificial que muestra cómo podría lucir en la actualidad.
Según las investigaciones, el 10 de noviembre de 2010, Chuki presuntamente atacó a Silvia con un machete, cortándole el cuello. Tras cometer el crimen, introdujo su cuerpo en una maleta y lo arrojó a un contenedor de basura a 30 metros de su domicilio. El hallazgo de la joven se produjo cuando un hombre sin hogar revisaba el contenedor ubicado en la calle Alemania. Al abrir la maleta, encontró el cadáver sin ropa de Silvia, cubierto con un pañuelo blanco que ocultaba la herida mortal.
La relación entre Silvia y Cristian comenzó cuando ella tenía apenas 14 años y él cumplía 30, y terminó al año y medio. A pesar de su juventud, trabajaba para pagar el alquiler del apartamento que compartía con él. Sin embargo, su vida se convirtió en una pesadilla debido al maltrato físico y emocional que sufría a manos del fugitivo.
Tras contar a sus amigas el maltrato que sufría por parte de su pareja, decidió poner fin a su relación a finales de octubre de 2010. Entonces, fue cuando Silvia comenzó a recibir mensajes acosadores y amenazas por parte de Cristian. Él la seguía hasta su lugar de trabajo y se presentaba en su casa, incluso golpeando la puerta cuando estaba bajo los efectos del alcohol.
El día del asesinato, Silvia fue vista por última vez cuando regresó a casa después del instituto. Esa tarde, una amiga fue a buscarla, pero nunca llegó a encontrarla. Horas después del crimen, Cristian ya se encontraba en el aeropuerto de Barajas con un billete de avión rumbo a Lima (Perú).
Antes de huir, se despidió de su casero alegando que debía viajar por la enfermedad de un familiar. Sin embargo, dejó pruebas en la escena del crimen como su sangre,huellas dactilares y ADN.
Cristian Hernán Yong Granadino llegó a España en 2003 con su madre, quien trabajaba como interna en Plaza de Castilla. En el momento del crimen no tenía antecedentes penales ni estaba vinculado a bandas criminales. Vivía gracias al dinero que ganaba Silvia y no contaba con empleo registrado, según una entrevista de ABC en 2010.
La Policía Nacional hace un llamado a la ciudadanía para ayudar en la localización del fugitivo. Cualquier información sobre su paradero es importante para resolver este caso que ha permanecido abierto durante más de una década.
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