LA INVESTIGACIÓN SIGUE EN CURSO
La jefe de la Policía de la localidad estadounidense de Minneapolis, Janee Harteau, ha lamentado el fallecimiento de Justine Damond, una mujer australiana de 40 años que murió a manos de los agentes, y ha admitido que se violó el protocolo de actuación policial.
El miércoles, el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, condenó la muerte de Damond e instó a las autoridades del estado de Montana a ofrecer explicaciones sobre el "inexplicable" e "impactante" suceso. Harteau ha pedido disculpas y ha señalado que la víctima, que recibió un disparo en el abdomen desde el interior de un coche patrulla de la Policía de Minneapolis, "no debería haber muerto".
Según la jefa de las fuerzas de seguridad de la ciudad, el agente Mohamed Noor, que disparó contra Damond, actuó "de forma independiente". Además, Harteau ha señalado que las cámaras de los policías deberían haber estado encendidas.
Damond llamó a la Policía el sábado por la noche ante una posible agresión sexual. Tanto Noor, como su compañero Matthew Harrity, que se encontraba en el coche cuando se produjeron los disparos, han sido sancionados. La muerte de la australiana supone la tercera a manos de la Policía de Minneapolis en menos de dos años.