EN REINO UNIDO
Los duques de Sussex han mantenido en privado los detalles del bautizo de su hijo Archie, que ha tenido lugar este sábado en una ceremonia con familiares y amigos en el Castillo de Windsor, incluidos los nombres de los padrinos del bebé.
"Los padrinos, de acuerdo con sus deseos, permanecerán en privado", informó este jueves el palacio de Buckingham en un comunicado. No obstante, sí ha trascendido que "son amigos de la pareja" pero no personajes públicos.
Según medios británicos, Enrique y Meghan están decididos a mantener a su hijo como un "ciudadano privado" y, por ello, planean una ceremonia sin la presencia de los medios de comunicación, al contrario de lo que hicieron los duques de Cambridge con sus tres hijos.
Sin embargo, la pareja ha compartido algunas imágenes seleccionadas después del evento tomadas por el fotógrafo Chris Allerton. Archie Harrison Mountbatten-Windsor, que tiene casi dos meses, será bautizado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la capilla privada del castillo de Windsor.
Fuentes de la Casa Real británica desvelaron a los medios que la ceremonia ha contado con menos de 25 personas y que la reina Isabel II no estará presente. No es algo inédito en la monarca, ya que el año pasado tampoco asistió al bautizo de su bisnieto el príncipe Louis.
En las últimas semanas, los duques de Sussex han sido criticados por mantener la ceremonia alejada de los medios tras publicarse que gastaron 2,4 millones de libras (2,6 millones de euros) de fondos públicos para restaurar Frogmore Cottage, la que será su nueva residencia en Windsor. La biógrafa real, Penny Juror, consideró un "error" la decisión de la pareja de querer mantener la ceremonia y el bautizo en privado tras haber gastado millones de dinero público en la restauración de su nuevo hogar.