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Daniel Sancho

¿Podría ser condenado a muerte Daniel Sancho? Estos son los delitos castigados con la ejecución en Tailandia

La pena de muerte lleva vigente en Tailandia desde 1997. De evitarla, Sancho podría enfrentarse a las duras condiciones de las cárceles tailandesas.

Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, es el principal sospechoso por la macabra muerte que ha conmocionado la isla tailandesa de Koh Phangan. El cocinero de 29 años, que ha confesado ser el autor del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, se enfrenta ahora a la posibilidad de acabar en una de las duras cárceles de Tailandia o, incluso, ser condenado a muerte.

El cuerpo sin vida del doctor de 44 años fue hallado mutilado y dividido en varias bolsas de basura tras las labores de búsqueda realizadas por las autoridades. Sancho, tras ser interrogado, ha reconocido estar implicado en el homicidio a las autoridades locales, argumentando celos y miedo a la traición como móviles del crimen.

"Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho", ha aseverado, "él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio".

Así funciona la pena de muerte en Tailandia

De confirmarse su implicación directa en el asesinato, Daniel Sancho se podría enfrentar a una pena que va desde los 15 años de prisión hasta la cadena perpetua. Sin embargo, también está abierta la opción de la pena de muerte. Esta condena fue reactivada en Tailandia en 1995, tras ocho años de suspensión.

La imposición de la pena de muerte, que se realiza a través de una inyección letal, es obligatoria en Tailandia por los siguientes delitos: asesinato premeditado, homicidio de un funcionario durante el desempeño de su cargo, regicidio y producción e importación de heroína.

Por otro lado, es optativa en el caso de delitos como robo, violación, secuestro, incendio provocado y colocación de bombas, insurrección, traición y espionaje, posesión de más de 100 gramos de heroína o de anfetaminas, y secuestro de un avión.

Sin embargo, la pena de muerte no se impone de manera inmediata, sino que en muchos casos hay retrasos porque los condenados tienen la posibilidad de apelar a dos tribunales más, así como pedir clemencia al rey tailandés Maha Vajiralongkorn. Esta condena se efectúa en la prisión de Bang Kwang, en Bangkok, y la mayoría de ellas son casos relacionados con las drogas.

¿Cómo son las cárceles de Tailandia?

La otra opción a la que se enfrentaría el hijo de Rodolfo Sancho es la de ingresar en una prisión tailandesa. Allí, las condiciones de las cárceles son lamentables y muy por debajo de los estándares internacionales según los datos de 2022, tal y como revela un informe elaborado por la Federación Internacional de Derechos Humanos (IFHR).

Las personas que cumplen condena en estas prisiones se encuentran bajo unas condiciones muy pobres: condiciones de alojamiento hacinadas e inadecuadas; tratos y penas crueles, inhumanos o degradantes; condiciones insalubres; pésima calidad de los alimentos y el agua potable; acceso inadecuado a la atención médica; trabajo de explotación; contactos limitados con el mundo exterior; falta de actividades recreativas y de rehabilitación; y procedimientos de denuncia ineficaces. Además, se siguió restringiendo indebidamente el acceso de organizaciones independientes de derechos humanos a las cárceles para supervisar las condiciones.

Los estándares internacionales conservadores exigen que cada recluso tenga 2,25 metros cuadrados de superficie para dormir. Sin embargo, las prisiones tailandesas tienen actualmente un nivel de ocupación del 224%. Los dormitorios suelen estar tan cerca que los reclusos tienen que dormir de costado o sentados para hacer espacio para todos.

Asimismo, los reclusos que están enfermos, heridos, ancianos o que tienen problemas de salud mental a menudo se mantienen con los presos generales, a pesar de precisar de atenciones complementarias. Unas condiciones que, unidas a las torturas y a la muy baja calidad de los alimentos y la atención médica, hacen de las cárceles tailandesas un lugar nada agradable donde cumplir condena.