Un niño de siete años muere en un hospital tras estar tres horas desconectado de la máquina que le ayudaba a respirar

James Dwerryhouse, un niño de siete años, fue al hospital de Portland, en Londres, para someterse a una operación en la que le colocarían una bolsa de colostomia. La intervención no estaba considerada como una operación de alto riesgo y fue todo un éxito. De hecho, el pequeño pudo hablar mediante FaceTime con sus familiares desde la habitación del hospital.

Sin embargo, según recoge el informe hospitalario, a la 1:15 de la mañana se produjo un incidente que no fue descubierto hasta las 3:25, cuando el personal que estaba de guardia en el hospital descubrió la alarma que alertaba de que se estaba produciendo un problema. El niño permaneció casi tres horas desenchufado a la máquina que le permitía respirar. Este periodo de tiempo sin oxígeno le provocó un paro cardíaco, según informa el diario Mirror.

James necesitaba la ayuda de la máquina para respirar porque sufría apnea del sueño. Además, tenía que ser alimentado por un tuvo porque tenía problemas intestinales, epilepsia y deterioro auditivo y visual.

Sus padres, que fueron avisados de los problemas horas después de lo ocurrido, han emprendido acciones legales contra HCA Healthcare UK, que administra el hospital de Portland, por una supuesta negligencia médica.