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Las mujeres desafían al régimen ayatolá, se quitan el velo y bailan como hartazgo por las represalias en Irán

Las mujeres que viven en Irán se rebelan contra los dictámenes del régimen ayatolá y se quitan el velo en la calle. Denuncian continuas violaciones de los derechos fundamentales contra ellas.

El hartazgo de las mujeres en Irán ha terminado por explotar. La llamada 'policía de la moral' es un cuerpo de Policía compuesto por 7.000 agentes que van vestidos de paisano, y que se encargan de vigilar que las mujeres cumplan los principales preceptos de la ley islámica. Entre las medidas que están obligadas a cumplir, se encuentran el llevar velo, no maquillarse, no llevar pantalón corto, no cortarse el pelo de manera 'moderna' y no pasear a sus mascotas.

Después de que una mujer fuera detenida por la 'policía de la moral' y falleciera, las autoridades dijeron que había muerto por causas naturales. La sociedad no les creyó y empezó una serie de protestas que se han intensificado con el paso de las horas, habiendo ya al menos cinco muertos. El régimen ayatolá ha respondido con una extrema violencia, dando orden de no tener piedad con los manifestantes que se atrevan a desobedecer sus órdenes.

Rebelión por las normas de la ley islámica

Las mujeres, por su parte, ya no ocultan su descontento y su hartazgo de ser tratadas como un segundo plato. Se pueden ver vídeos de decenas de mujeres cortándose el pelo, quitándose el velo y bailando en plena calle, como respuesta a las prohibiciones que se les ha impuesto desde hace más de 40 años, cuando se instauró la república islámica en el país. Nadie descarta que esto sea un punto de inflexión en la historia de Irán, aunque todavía falta por ver cómo terminará esta rebelión civil contra las imposiciones del régimen.

No obstante, la posibilidad de que las cosas cambien es muy limitada, al menos mientras los ayatolás continúen gobernando en Irán y el país siga siendo una república islámica. Ello, unido a las alianzas de los altos mandos iraníes con grupos que han sido declarados organizaciones terroristas, hace que resulte muy difícil vislumbrar una mínima esperanza. Sin embargo, como tantas y tantas veces ha oído la humanidad en las etapas más duras de su historia, "la esperanza es lo último que se pierde".

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