Afganistán
La cadena, de al menos cuatro seísmos de magnitud preliminar entre 5,5 y 6,3, fue registrada en la provincia en un radio de aproximadamente unos 50 kilómetros
Hasta 7 seísmos de 6'3 grados en la escala de Richter han terminado con la vida de al menos 2.400 personas en el distrito de Zinda Jan, en la provincia afgana occidental de Herat, Afganistán. Además, unas 2.000 personas han resultado heridas y 1.329 casas han sufrido daños o han quedado destruidas.
La portavoz de los talibán, Zabiulá Muyahid, avanzó la puesta en marcha de un amplio despliegue de efectivos de rescate con carácter de urgencia para paliar los efectos de la cadena de terremotos. La cadena, de al menos cuatro seísmos de magnitud preliminar entre 5,5 y 6,3, fue registrada en la provincia en un radio de aproximadamente unos 50 kilómetros y se sintió especialmente en la localidad de Zendejan, una población de unos 10.000 habitantes en el valle del río Hari Rud.
Todos los terremotos sacudieron la región en el espacio de solo una hora, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). En las últimas horas, varias organizaciones y ONG han proporcionado atención sanitaria y psicológica, además de entregar material humanitario y alimentos a las miles de personas que se han quedado sin casas.
Más de 200 muertos han sido traslados a distintos hospitales, según un funcionario del departamento de Salud de Herat. La gran mayoría eran mujeres y niños. "La gente abandonó sus casas, todos estamos es la calle", aseguró un residente de la zona a Reuters. Los equipos de rescate, ayudados por la Media Luna Roja de Afganistán, continúan buscando víctimas entre los escombros.
El país afgano también padeció hace dos décadas una de las mayores catástrofes en cuanto a seísmos o terremotos, fue en 1998 cuando en el norte del país dos seísmos de magnitud 5,9 y 6 causaron la muerte de unas 4.000 personas. A finales de mayo del mismo año otro seísmo de magnitud 7 causó otros 5.000 muertos. Es el seísmo más mortífero desde los talibanes retomaron el poder del país en agosto de 2021, lo que mantiene a está nación aislada sin asistencia financiera y con un sistema público colapsado.
A finales de junio de 2022 un terremoto magnitud 5,9 en las provincias de Paktika y Khost, fronterizas con Pakistán, provocó la muerte de más de 1.000 personas y unos 1.500 heridos.