Muerte en México
El pequeño de seis años sufrió convulsiones y muerte cerebral después de ingerir una bebida energética.
Las autoridades mexicanas han confirmado que después de pasar una semana en coma, un niño de seis años ha muerto tras ingerir una bebida energética de manera accidental en Tamaulipas (México). Según los medios locales el pequeño estaba en el domicilio de sus abuelos cuando se produjo la mortal confusión. Cogió uno de los vasos de sus primos y se lo bebió. Tras ingerir la bebida energética, comenzó a convulsionar y se desmayó.
El pequeño fue llevado urgentemente al Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo. Allí fue donde los médicos le diagnosticaron una intoxicación por la bebida energética. Pasó una semana en coma en estado de gravedad. El menor acabó falleciendo el pasado jueves, 21 de abril, por la mañana.
En los últimos días, la familia del niño de seis años ha recibido donaciones por parte de la población de Tamaulipas. Una de sus tías, Cinthia Pardo, quiso agradecer los gestos de apoyo con una publicación en Facebook. "Les agradezco a todas las personas que apoyaron y a las que siguen apoyando a mi prima. Dios las bendiga a todas, gracias por estar al pendiente", escribió.
Los efectos negativos y peligros de las bebidas energéticas en menores
Las bebidas energéticas tienen elevadas dosis de cafeína y azúcar que pueden perjudicar tanto a niños como adultos. En los organismos infantiles, son especialmente dañinas. Además, este tipo de bebidas tienen otros ingredientes aditivos como la taurina o el guaraná, sustancias estimulantes.
Una lata de bebida energética dispone de la misma cantidad de cafeína que cuatro tazas de café o cuatro latas de refrescos. También equivale a unas 20 cucharadas de azúcar. Esto significa que la ingesta por parte de niños puede llegar a ser mortal, como lo ocurrido con el pequeño de seis años en México.
En Reino Unido, llevan años planteando la prohibición de venta de este tipo de bebidas a menores. Explicaron en 2018 que más de dos tercios de los niños de 10 a 17 años y una cuarta parte de los que tienen entre seis y nueve años consumen bebidas energéticas.