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Invasión rusa de Ucrania de 2022

El momento en el que varios manifestantes asaltan la mansión de un oligarca ruso en Londres

Varios manifestantes asaltan la mansión de un oligarca ruso en Londres, capital de Reino Unido, asegurando que no la van a okupar, sino a ponerla a disposición de los refugiados ucranianos que lleguen allí.

Cumplidas casi tres semanas desde que Rusia comenzó su invasión de Ucrania, continúan las protestas a lo largo de todo el planeta. Ya son muchos los países que ven cómo sus ciudadanos piden aportar ayuda militar a Zelenski, una cuestión sumamente compleja a nivel diplomático teniendo en cuenta que su país no forma parte ni de la UE ni de la OTAN.

Sin embargo, la ciudadanía se está ocupando de poner su granito de arena para ganarse los aplausos por su propia cuenta, tal y como ha ocurrido en Londres. Varios manifestantes pro-ucranianos han asaltado la mansión de un oligarca ruso en la capital británica, colocando la bandera de Ucrania y poniendo pancartas contra la guerra iniciada por Rusia.

Los manifestantes, que han colgado una pancarta donde pone "Esta propiedad ha sido liberada", alegan que no tienen intención de ocupar el inmueble, sino de tenerlo en su poder hasta que frene la invasión y para acoger a familias de refugiados ucranianos que lleguen a Londres, puesto que en los próximos días comenzarán a llegar varios ucranianos para tener una estancia donde encontrarse a salvo.

Temor a un conflicto mundial a gran escala

Existe miedo entre los aliados a que Rusia pueda llegar a atacar el territorio de la OTAN. Este miedo viene derivado de un ataque por parte de los rusos a una zona de Ucrania situada a 25 kilómetros de la frontera con Polonia, integrante de la Alianza, y que tiene frontera terrestre en una enorme cantidad de kilómetros con el oeste de Ucrania.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió hace varios días de que, si Rusia atacaba un país miembro de la OTAN, ello podría llegar a desencadenar una Tercera Guerra Mundial, sugiriendo una colaboración conjunta de las naciones para que no se produjera una escalada de hostilidad que, según consideraba él mismo, sería imposible de parar.

Lo cierto es que Rusia libra ahora mismo tres guerras. Una en Ucrania, otra contra el resto de países que están aislándoles, y una tercera contra los efectos de su economía, severamente dañada tras las sanciones de organismos institucionales y empresas, que hacen temer una bancarrota inminente en el país, según asegura el Fondo Monetario Internacional.

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