SUDÁFRICA | EN SU ALDEA NATAL

Mandela ya descansa para siempre en Qunu

Nelson Mandela ha sido enterrado tras un funeral de Estado al que asistieron cerca de 5.000 personas. El expresidente sudafricano recibió sepultura en estricta intimidad, acompañado únicamente por su familia, amigos más cercanos y pocos invitados.

Nelson Mandela ha sido enterrado en la aldea de Qunu (sureste de Sudáfrica), tras un funeral de Estado al que asistieron cerca de 5.000 personas. El expresidente de Sudáfrica recibió sepultura en estricta intimidad, acompañado únicamente por su familia, sus amigos más cercanos y algunos invitados.

El entierro se produjo tras la conclusión de funeral, cuando el féretro de Madiba (como se conoce a Mandela en su país), cubierto con una bandera sudafricana, fue porteado en procesión por militares de alto rango, blancos y negros, en un ejemplo más del resultado de su vida. Lo condujeron hacia la ladera de una pequeña colina situada en la finca de Mandela, en las mismas tierras en las que pasó su infancia, y el lugar que siempre consideró su hogar.

Allí aguardaba con tristeza su familia, encabezada por su viuda, Graça Machel, y su exesposa Winnie Mandela, esta vez sí, para dar su verdadero último adiós. Depositado el féretro sobre la tumba, sonaron salvas disparadas por cañones y una formación de aviones de combate sobrevoló la zona, seguida de tres helicópteros de los que pendía gigantescas banderas nacionales. El silencio llegó hasta la sala de prensa, donde centenares de periodistas callaron para seguir el último camino de Mandela sobre la Tierra.

En la ladera, un capellán militar agradeció en una breve oración, "la vida de Madiba", que definió como un "verdadero camino hacia la libertad". Nelson Mandela murió el pasado 5 de diciembre en su casa de Johannesburgo rodeado de su familia, tras una larga convalecencia por problemas respiratorios.

Antes tuvo lugar el funeral, que duró algo más de dos horas y acabó más tarde de lo previsto. Fue un acto emotivo celebrado en el interior de una gran carpa instalada en la finca de Mandela ante unas 5.000 personas, entre ellas la familia del expresidente y mandatarios de diferentes países, como Carlos de Inglaterra y Alberto de Mónaco.

Si el funeral del martes en el estadio 'Soccer City' de Johannesburgo se caracterizó por su marcado carácter político y la asistencia de alrededor de un centenar de dirigentes internacionales, en esta ocasión el protagonismo lo han tenido personas cercanas a Mandela y los rituales tradicionales. El funeral arrancó con una procesión militar que trasladó el féretro hasta una carpa levantada para la ocasión en Qunu.

Ya en el interior, entre los asistentes figuraban dirigentes políticos, parientes y personalidades públicas, entre ellos las dos mujeres de Mandela, sus nietos y el arzobispo Desmond Tutu. "Un gran árbol ha caído", ha lamentado un portavoz de la familia, antes de que dos de los nietos de 'Madiba' rindiesen a su abuelo un homenaje con palabras de agradecimiento y leyendo su obituario. "Echaremos de menos tu risa", ha dicho Nandi Mandela.

Ahmed Kathrada, que también estuvo preso por luchar contra el 'aprtheid', ha lamentado entre lágrimas la pérdida de un "hermano", símbolo de "perdón" y "reconciliación" en un país que en la década de los noventa pasó página al régimen racista. Los presidentes de Malaui y Tanzania, Joyce Banda y Jakaya Kikwete, también han figurado en una lista de oradores que ha tenido como momento más distendido la participación del exmandatario zambiano Kenneth Kaunda, que recordó, entre las risas de los asistentes, sus difíciles relaciones con el régimen del 'apartheid'.

"El final de un viaje extraordinario"

Zuma subió al estrado con un discurso basado en la gratitud hacia un "luchador por la libertad", un "humilde servidor del pueblo de Sudáfrica" y una "fuente de sabiduría". "Hoy es el final de un viaje extraordinario que comenzó hace 95 años", ha lamentado el mandatario. Sudáfrica pone fin con el funeral de Estado a una semana que Zuma ha calificado de "dolorosa", toda vez que ha puesto de manifiesto el luto de un país que ha perdido a un "gran hijo". Mandela está considerado el "presidente fundador de la Sudáfrica libre y democrática".

"Gracias. Gracias por ser todo lo que queríamos y necesitábamos en un líder durante un periodo difícil de nuestras vidas", ha destacado Zuma, que no da por concluido el "viaje" emprendido por el premio Nobel de la Paz. "Tenemos que seguir construyendo el tipo de sociedad por la que trabajaste incansablemente. Tenemos que asumir tu legado", ha indicado.

Zuma ha prometido que tanto él como su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), promoverán los "valores" que Mandela defendió, la necesidad de crear un país "unido, democrático, no racista, no sexista y próspero". "Nos enseñaste a abrazar al prójimo como compatriota, sin importar su raza, etnia o religión", ha añadido.

El presidente ha asumido la doctrina de "reconciliación, perdón y compasión" de 'Madiba' con el objetivo de que los niños sudafricanos puedan crecer en un país que no sólo es "libre" en términos políticos, sino también en materia de violencia, pobreza, analfabetismo y enfermedades. "Echaremos de menos tu sonrisa, tu risa, tu amor y tu liderazgo. Amaremos cada momento que pasamos junto a ti", ha agregado Zuma en su despedida a un "extraordinario ser humano".

El "viaje" al que ha hecho referencia Zuma durante su discurso ha llegado a su fin tras el funeral, en una ceremonia íntima en una colina de Qunu a la que han asistido apenas unos centenares de personas, incluidos líderes tribales. Una breve ceremonia y una escenificación militar han servido de despedida para el expresidente, que reposa ya junto con sus tres hijos fallecidos: Thembekile, Makgato y Makaziwe. La bandera de Sudáfrica cubría el féretro de Mandela, sepultado cuando el sol estaba en su momento más álgido, como marca la tradición.

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