EN REINO UNIDO
Poppy, una niña de cuatro años, murió en 2013 y su madre está siendo investigada por haberle suministrado una mezcla de heroína y metadona que le provocó un paro cardíaco.
Al parecer, Michala Pyke quería tener sexo con su novio sin que la menor les molestara y envió un mensaje al hombre para que llevara a la casa "esas pastillas mágicas para que duerma la niña", según recoge Daily Mail.
Los servicios médicos llegaron a casa de Pyke y encontraron a Poppy inconsciente, pálida y sin respiración. Fue trasladada al hospital pero no pudieron hacer nada por su vida.
Aunque los acusados niegan el crimen, los vecinos aseguran que la relación con la niña no era buena y solían gritarle.