Elecciones Estados Unidos
A menos de dos semanas de las elecciones legislativas, las encuestas vaticinan que los demócratas perderían la mayoría en la Cámara de Representantes.
Lo habitual en Estados Unidos es que el partido que gana las elecciones presidenciales, dos años después pierda al menos una de las dos cámaras del Congreso que son el Senado y la Cámara de Representantes y se quede sin poder aprobar casi nada en los dos años que quedan de presidencia, e incluso que tenga que recurrir a los vetos del presidente para impedir que sea el partido de la oposición quien apruebe sus proyectos.
Pero además, ese escenario tan complicado se hace además más probable cuando el presidente es tan poco popular como lo es Joe Biden, la inflación está disparada y muchos de los candidatos demócratas tienen problemas añadidos.
Ya se vota por adelantado para el Congreso o para gobernador en algunos estados como Michigan donde el debate ejemplifica las estrategias.
La demócrata Gretchen Whitmer, con frecuencia citada como posible líder sucesora de Biden ataca a Tudor Dixon en el último cara a cara con temas sociales: "Ha llegado a decir mi oponente que una niña violada no debe tener derecho a abortar" frente al discurso centrado en la economía de Tudor Dixon: "Esta gobernadora no ha hecho nada contra la inflación".
La mayoría del Senado dependerá de Pensilvania donde el demócrata John Fetterman necesita pantallas para leer preguntas y respuestas y se expresa con dificultad tras un derrame cerebral.
En otro estado crucial como Georgia los problemas imprevistos son para el candidato republicano al senado, Herschel Walker, firme oponente del aborto aunque dos mujeres lo acusan de haberles pagado el aborto. Él lo niega y añade: "Voy a ganar".
La confianza de unos y otros es porque con un país tan dividido cada vez se vota más al candidato de cada partido, sea quien sea. Mientras Biden apenas aparece, los candidatos demócratas no creen que su presencia ayude.