Estados Unidos
Greg Abbott, gobernador de Texas, ha enviado dos autobuses llenos de inmigrantes a la casa de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Protesta por la situación en Texas, desbordada con la inmigración.
Estados Unidos se prepara para una cita clave con las urnas el próximo mes de noviembre, donde el país decidirá la composición del Senado y la Cámara de Representantes. Aunque los demócratas tienen mayoría en ambas cámaras, las encuestas ya advierten de que la caída de popularidad de Joe Biden va a lastrar a su partido, que podría llegar a perder el control de todo el Congreso, teniendo el presidente una segunda mitad de mandato ingobernable, y quedando abocado a los pactos para poder sacar adelante todas sus medidas.
A dos meses de esta cita electoral, siguen saltando chispas entre republicanos y demócratas. El gobernador de Texas, Greg Abbott, del Partido Republicano, ha protestado contra la inmigración masiva que se está registrando en Texas. Y lo ha hecho de una manera un tanto original: ha montado a cientos de inmigrantes en dos autobuses y los ha enviado a la casa de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, mostrando su hartazgo.
No hubo altercados al lado de la residencia oficial de la vicepresidenta y Abbott justificó su decisión. Señala que Texas vive una situación muy cargante donde resulta imposible de sostener, dado que es enorme el número de inmigrantes que llega allí, y que no para de crecer. Así, el gobernador ha hecho enviar una especie de mensaje a Harris, firme defensora de la inmigración, señalando indirectamente que, si está a favor de acoger inmigrantes, puede acogerlos en su casa.
Los republicanos apoyan la estrategia
Greg Abbott no es el primer gobernador republicano que pide la deportación de inmigrantes. Ron DeSantis, una de las caras más populares entre los republicanos, y potencial candidato a la presidencia en 2024 si no lo es Donald Trump, ya dijo que iba a invertir millones de dólares para sacar a los inmigrantes ilegales de su estado y llevarlos a aquellos donde gobiernen los demócratas. Pero incluso los propios demócratas reconocen que la situación es insostenible.
En Illinois, uno de los mayores feudos del Partido Demócrata, hay cada vez más problemas para contener la avalancha migratoria, y su gobernador, J. B. Pritzker, ha solicitado que la Guardia Nacional acuda allí para aliviar las tensiones. El presidente Joe Biden, que también se ha mostrado siempre como un defensor de la inmigración, reconoce desde hace meses que todo es más complicado de lo que esperaban. Hasta la propia vicepresidenta Kamala Harris llegó a pedir en junio a los inmigrantes procedentes de Guatemala que “no vengan a Estados Unidos”, diciendo que “si vienen a nuestra frontera, serán devueltos”.