como símbolo del asedio que sufre Siria
El pasado 29 de octubre una mujer siria desplazada de Al-Qisa cogió a su hijo de 3 años, Karim Abdul Rahman, desde Beit Sawa (una zona pequeña que no tiene mercados, al este de Al-Guta) hacia Hamoria para comprar algunos víveres.
Durante su compra, las fuerzas supuestamente leales al régimen Sirio bombardearon la zona, causando la pérdida de uno de los ojos de Karim y la muerte de ella. Tras 10 días en el hospital le dieron el alta a su casa, donde la metralla de otro bombardeo le causó heridas en el cráneo.
Activistas de todo el mundo han lanzado una campaña en solidaridad con Karim como símbolo del asedio que sufre la región del este de Al-Guta y cientos se unieron a ella globalmente en las redes sociales con el hashtag #SolidarityWithKarim, incluido el embajador británico para la ONU, Matthew Rycroft.