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Guerra Rusia-Ucrania

Las imágenes del horror de la guerra: Mariúpol, Bucha o Azovstal ya son lugares para la historia

Este año de guerra ha dejado escenas terribles y ha puesto en el mapa lugares que no sabíamos que existían, como Mariúpol, Bucha, Irpín, o Azovstal.

Durante este año de guerra hemos sido testigos de escenas terribles, en lugares que no sabíamos que existían y que, ahora, forman parte de nuestro mapa emocional. Ciudades como Mariúpol, Bucha, Irpín o Azovstal se han convertido, por desgracia, en lugares para la historia. Donde las imágenes de hospitales o colegios bombardeados, de niños escondiéndose en refugios, o de miles de cadáveres acumulados, se quedarán para siempre en nuestra memoria.

Si hay un sitio que todos identificamos, a estas alturas de la guerra, ese es el teatro de Mariúpol. Se ha convertido en todo un símbolo. En él 1.200 mujeres y niños se escondieron durante el asedio de las tropas rusas en esta ciudad. Permanecieron refugiados allí hasta que un ataque aéreo del ejército ruso lo dejó prácticamente destruido. Durante el ataque murieron 600 personas.

En ese momento cualquier sitio servía de refugio. Los ucranianos se protegían en los garajes y en el metro. Muchos no podían salir de las ciudades porque los puentes estaban derribados. Resulta muy difícil olvidar esas escenas. Las de miles de personas que trataban de salir, de huir como podían en corredores humanitarios. Tras cruzar la frontera de Polonia, millones de personas dejaron atrás sus vidas.

Mientras esto ocurría, se bombardeaban hospitales. Por los cuantiosos ataques conocimos ciudades como Odessa, Zaporiyia y su central nuclear o Dnipro, donde un misil partió un edificio en dos.

Las imágenes del horror de la guerra

Atónitos asistimos a la llegada en masa de tanques rusos con una Z escrita en grande y en color blanco para diferenciarlos de los ucranianos y evitar ataques. También se cubrieron las esculturas con sacos de arena para protegerlas. La atrocidad de las tropas rusas se evidenció en Bucha, en la calle Yablonska. Allí se encontraron cientos de cadáveres. Los cuerpos dibujaron un paisaje apocalíptico.

Otro de los lugares que tenemos en nuestra retina es la acería de Azovstal. Se convirtió en el último bastión de las fuerzas ucranianas y el refugio de trabajadores y familiares. Cuando pudieron ser evacuados, cientos de soldados y médicos ucranianos aguantaron en su interior.

El horror de esta guerra se evidencia en el cementerio de Irpín. Allí el silencio solo se rompe por los llantos de los familiares de los cientos de civiles que allí descansan en paz.

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