Estados Unidos
Ryan murió pasados unos seis meses de la picadura. Durante todo ese tiempo estuvo en estado vegetativo.
Whitney Lyn Allen ha compartido la historia de cómo perdió a su marido y padre de sus dos hijos por la picadura de una abeja. Los hechos transcurrieron el 14 de octubre de 2021 y, desde entonces, Whitney ha publicado varios libros y ha creado una gran comunidad en redes sociales en la que ayuda a las personas a superar el duelo.
En un artículo escrito en primera persona en el medio Metro, Allen ha explicado que el accidente sucedió cuando estaba embarazada de 26 semanas. Ella estaba respondiendo correos del trabajo mientras el hijo de tres años de la pareja estaba en la guardería, cuando su marido, Ryan, un oficial K9 en Pensilvania de 34 años, llegó del gimnasio.
Ryan avisó a su mujer de que le había picado una abeja y, por la voz con la que lo dijo, Whitney supo que algo "andaba muy mal". Rápidamente, llamó a la ambulancia y les explicó que su marido, a pesar de no tener antecedentes de ser alérgico, estaba teniendo un shock anafiláctico por una picadura de abeja.
"Ryan salió a trompicones por la puerta principal. Cuando lo seguí, lo encontré desplomado, jadeando por aire. —¡Ryan! Lloré. Mi corazón latía con fuerza cuando el operador me pidió que le hiciera RCP", ha declarado Whitney.
Cuando llegaron los paramédicos, Ryan sufrió un paro cardíaco. Lo trasladaron de urgencia a un hospital y consiguieron reanimarlo, pero la falta prolongada de oxígeno ocasionó una lesión cerebral anóxica grave.
Los médicos colocaron un perno en el cerebro de Ryan para controlar la presión intracraneal. A su vez, este determinaba la cantidad de medicamento que se debía administrar para intentar evitar la muerte cerebral. "Cuando vi a mi esposo, no parecía real. En un momento habíamos estado tomando café juntos; al siguiente, Ryan estaba en coma, cubierto de cables y conectado a monitores", ha explicado Whitney en su artículo publicado en Metro.
El hijo del matrimonio, Jackson, no pudo ver a su padre hasta pasado un mes del accidente debido a las restricciones del COVID y a que no se permitía la entrada de niños en la UCI.
A pesar de las complicaciones, Ryan sobrevivió, evitó la muerte cerebral y fue dado de alta de la UCI. Sin embargo, todavía no era consciente de su entorno, no podía hablar, mover las extremidades ni sentir emociones.
La situación era cada vez más complicada; Ryan padecía numerosos ataques de neumonía, se ahogaba con las secreciones de la traqueotomía y tenía contracturas en las manos y los pies. "Mi esposo alto, fuerte y guapo había trabajado en la fuerza policial durante 10 años. Pero ahora apenas lo reconocí, en su estado vegetativo", ha explicado Whitney.
Pasadas nueve semanas del accidente, el 8 de enero de 2022, citaron a Whitney para practicarle una cesárea. Tan solo llevaba 37 semanas de gestación, pero tuvo que dar a luz antes de tiempo porque padecía colestasis, una complicación del embarazo.
"Mi cuñada Morgan vino a apoyarme. Pero cuando ambas dimos positivo por COVID, di a luz sola. Y debido a las restricciones, pasó una hora antes de que sostuviera a nuestro bebé", ha expresado Whitney, que, cumpliendo con lo acordado con su marido, llamó a su hijo Leo Joseph.
Cuando Leo cumplió un mes, visitó a su padre por primera vez: "Lo recosté sobre su pecho, lamentando el vínculo que nunca compartirían. De vuelta a casa, amamanté a un recién nacido y luché con un niño pequeño, todo mientras la persona con la que había planeado pasar el resto de mi vida se alejaba cada vez más".
Pasados cinco meses del accidente, un médico informó a Whitney que su marido no mejoraba cognitivamente y que se estaba deteriorando físicamente. A su vez, el sanitario recalcó que nunca se recuperaría de forma significativa. Finalmente, tras semanas de "discusiones difíciles con la familia de Ryan", decidieron retirar todos los cuidados de soporte vital y llevarle a un hospicio.
En abril de 2022, tras pasar 22 días en el hospicio, Ryan murió. "Llegué a la cama de Ryan a tiempo para ver sus últimos alientos. Sus labios se curvaron en una sonrisa, luego se fue. Tenía 35 años", ha escrito Whitney.
Tras la muerte de su marido, Whitney se vio sola con un niño de cuatro meses y otro de cuatro años.
Pasado un mes, cuando se celebró el funeral, Whitney tuvo una revelación: "Podía permitir que su muerte me carcomiera, o podía hacer un esfuerzo consciente para mostrar un propósito para mí y para nuestros hijos".Whitney eligió lo segundo y llenó su casa de "baile, canto, risas y amor". Aprendió a hacer aquellas cosas de las que antes siempre se ocupaba su marido, como las cuentas o sacar la basura.
A pesar de que todavía había momentos muy duros y días malos, la familia avanzó y se permitió disfrutar de la vida.
En junio de 2022, Whitney conoció al que sería su futuro marido en una web de citas: "El tiempo que pasé con él fue el único momento en que sentí que me relajaba, como si tuviera a alguien más que me llevara la carga. Él es la seguridad y la protección que nuestra pequeña unidad familiar perdió cuando Ryan murió. Y por extraño que suene, si Ryan no pudiera estar aquí, querría que alguien exactamente como Anthony le quitara la antorcha".
Actualmente, Whitney trabaja como coach de duelo y ayuda a las mujeres consumidas por el dolor "a reclamar su poder, identidad y vida para convertirse en las mejores versiones de sí mismas después de la pérdida". Además, durante este tiempo, Whitney ha escrito las memoriasRunning in Trauma Stilettos, A Raw Glimpse at Grief y Life After Loss.
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