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El espionaje alemán demuestra con grabaciones que la masacre de Bucha fue premeditada

El espionaje alemán grabó conversaciones entre soldados de las fuerzas rusas en Ucrania que presuntamente prueban que la masacre de Bucha era parte de la estrategia.

Después del repliegue ruso en varias ciudades de los alrededores de Kiev a petición del Kremlin para realizar su segunda fase de la invasión, el mundo entero descubrió una de las mayores atrocidades de la guerra en Ucrania. El pasado 3 de abril, salieron imágenes de más de 300 civiles masacrados en la ciudad de Bucha, a unos 40 kilómetros de la capital. Tanto Ucrania como la comunidad internacional ha condenado la matanza como un crimen de guerra de las fuerzas rusas y muchos han pedido al Corte Penal Internacional (CPI) investigar el horror en Bucha.

Ahora, el servicio de espionaje alemán (BND) revela conversaciones entre soldados rusos en Ucrania, a las que ha tenido acceso el medio 'Der Spiegel', que demuestran que la masacre de Bucha fue premeditada. Captaron conversaciones de radio entre soldados rusos donde se mencionaba la muerte de civiles, el medio alemán detalla que muchas de ellas están relacionadas con la matanza. Varios militares mantienen conversaciones que prueban que los disparos contra civiles de forma deliberada formaba parte de la estrategia en su ofensiva militar.

Un miembro de las tropas rusas le cuenta a otro en las grabaciones del BND cómo él y otro soldado habían disparado a una persona en bicicleta. En otra conversación se aprecia a un hombre que afirma que "primero se pregunta a los civiles, luego se les dispara". Las grabaciones son una evidencia clara de la crudeza de la guerra en Ucrania. Con el ataque deliberado a civiles, bombardeos sobre zonas residenciales y la obstaculización en corredores humanitarios.

Intervención del Grupo Wagner

El semanario alemán detalló el jueves que las grabaciones se presentaron el miércoles en el Bundestag (Parlamento alemán) y que del material del espionaje se puede deducir que en las muertes de civiles estuvieron involucrados miembros del Grupo Wagner, mercenarios sirios contratados por Rusia. El grupo de mercenarios "destacó ya en su intervención en Siria por su crueldad especial".

Los sicarios sirios han participado en conflictos como los de Libia, Siria o la República Centroafricana. En Sudán, Malí y Mozambique han ejercido influencia rusa. Trabajan como una milicia privada de Vladímir Putin y llegaron a Ucrania desde África en una misión para decapitar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, según el Ministerio de Defensa británico. El grupo paramilitar está sancionado por la Unión Europea desde el año 2021 y según ellos tiene un historial de "graves abusos de los derechos humanos" como "torturas, ejecuciones y homicidios extrajudiciales, sumarios o arbitrarios".

'Der Spiegel' subrayó: "Eso apunta a que los asesinatos de civiles eran parte de la acción de los militares rusos, posiblemente parte de una estrategia clara. Se trata así de propagar el miedo y el terror entre la población civil para eliminar su resistencia".

Un receso en las negociaciones por la matanza de Bucha

En definitiva, la matanza de Bucha ha tensado las relaciones diplomáticas entre Kiev y Moscú. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, ha afirmado que la posición de Ucrania en las negociaciones de paz ahora están presentando un retroceso. Tanto Kiev como Occidente condena tajantemente los crímenes de Bucha. La UE ha preparado un nuevo paquete de sanciones de urgencia tras conocer la masacre, donde el embargo del carbón ruso estaría incluido.

Desde el Senado de Estados Unidos han votado a favor de limitar el comercio con Rusia y vetar su crudo. Las imágenes en Bucha son desgarradoras, civiles y militares ucranianos trabajan para limpiar las calles repletas de cadáveres.

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