Guerra Rusia y Ucrania
La situación de alerta en Rusia ha ido aumentando minuto a minuto desde que, la pasada noche, tropas rebeldes de Wagner avanzaran hacia Moscú, se adentraran en territorio ruso y tomaran la ciudad de Rostov.
En las últimas horas la tensión en Rusia se ha intensificado. Las tropas rebeldes de Wagner han avanzado con rapidez hacia Moscú. No sólo ha abandonado algunas de sus posiciones en la Ucrania ocupada, sino que han tomado Rostov y han llegado a Voronéz y Lipetsk, a unos 360 kilómetros al sur de Moscú.
Todo el mundo está pendiente de la tensión que se vive en Rusia, también desde Turquía donde podrían haber tenido lugar conversaciones claves para resolver la crisis.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ha ofrecido a su homólogo ruso, Vladímir Putin, hacer lo necesario para frenar el amotinamiento del Grupo Wagner. "Turquía está dispuesta a hacer lo que le corresponda para resolver esta situación lo antes posible con suavidad y tacto", habría dicho Erdoğan a Putin, según la agencia pública turca Anadolu.
Tras una conversación telefónica entre ambos mandatarios, Erdoğan "ha expresado su apoyo total a las medidas adoptadas por las autoridades rusas", tal y como ha informado el servicio de prensa del Kremlin.
También el Gobierno iraní ha manifestado su apoyo al "estado de derecho" en Rusia. Al respecto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Naser Kanani, ha subrayado que en cualquier caso lo que está ocurriendo en Moscú responde a "cuestiones internas".
Poco después de iniciar las revueltas, el líder de la organización Wagner, Yevyeni Prigozhin, ha anunciado la paralización del avance de sus tropas militares hacia Moscú tras la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, férreo aliado de Putin.
"Prigozhin ha aceptado la propuesta del presidente de Bielorrusia de detener el movimiento del personal armado de la empresa Wagner en Rusia y adoptar nuevos pasos para reducir la tensión", ha detallado la agencia de noticias oficial bielorrusa, BelTA.
En este contexto de crisis, el Gobierno bielorruso ha calificado la rebelión de los mercenarios como "un regalo para Occidente". "No podemos quedarnos al margen de los eventos que están ocurriendo en el sur de Rusia", ha remarcado el Consejo de Seguridad de Minsk en un comunicado.
Poco antes de anunciar bandera blanca el líder del Kremlin había advertido que lo que estaba sucediendo en Rusia era "una aventura criminal, una rebelión, y una puñalada por la espalda".