"GRIETA EN EL PROTOCOLO DE SEGURIDAD"
La Casa Blanca ha admitido este martes que el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, mantuvieron una conversación privada durante la celebración de la cumbre del G-20 en la localidad alemana de Hamburgo.
La conversación entre ambos dirigentes tuvo lugar durante una cena en el marco de la cumbre económica del grupo de países industrializados y emergentes, según ha publicado el diario 'The New York Times'. Ese mismo día, ambos dirigentes se habían reunido durante dos horas junto a los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países. Durante el encuentro, Trump cuestionó el papel del presidente ruso en el marco de las elecciones estadounidenses. Por su parte, Putin negó cualquier tipo de intervención.
Durante la conversación privada, los presidentes contaron con la ayuda del traductor de Putin. "La mayoría de los que acudimos a la cena pensamos que la situación era rara. Parecía que el presidente de Estados Unidos quería demostrar que mantenía una buena relación con Putin", ha señalado el presidente del grupo Eurasia, Ian Bremmer.
Bremmer ha afirmado que la falta de un traductor estadounidense supone una "grieta en el protocolo de seguridad a nivel nacional". Trump se encuentra bajo el escrutinio de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que investiga si su campaña presidencial tuvo vinculación alguna con el Gobierno de Rusia.