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Dimite la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson tras perder la izquierda su mayoría en las elecciones

El cambio político en Suecia ya se ha cobrado el cargo más relevante del Gobierno sueco. La primera ministra, Magdalena Andersson, dimite tras confirmarse la victoria del bloque de la derecha.

Suecia da un giro de 180 grados tras las elecciones celebradas el pasado domingo 11 de septiembre. Los socialdemócratas perderán casi con toda probabilidad el poder tras el gran ascenso de la derecha en los comicios. Los conservadores antiinmigración de Demócratas de Suecia han quedado en segundo lugar, pero suman mayoría con el resto de formaciones de la derecha, lo cual arrebata automáticamente el poder al Partido Socialdemócrata sueco.

La hasta ahora primera ministra, Magdalena Andersson, ya ha reconocido su derrota y ha presentado su dimisión después de unas elecciones muy ajustadas, las más inciertas en años, y que han contado con una inesperada sorpresa electoral que las encuestas no auguraban hace meses. Con ello, Suecia ha votado un cambio total en su Gobierno en un momento clave de su historia moderna, cuando está a punto de unirse definitivamente a la OTAN.

Aunque los líderes de Demócratas de Suecia apuntan a que presentarán su candidatura para tratar de liderar el Gobierno, los liberales ya les han advertido de que no van a aceptar de ninguna manera de que sean ellos quienes encabecen el nuevo Ejecutivo. Esta disputa puede complicar la formación de un nuevo gobierno, dado que los liberales ya han advertido de que no aceptarán un Ejecutivo que tenga ni a los conservadores antiinmigración, ni a los anticapitalistas en el caso de que la izquierda pretenda formar otro gobierno.

La líder que dimitió a las siete horas de ser elegida

Uno de los aspectos más llamativos de la dimitida primera ministra fue su primera renuncia,la cual acaparó numerosos titulares de periódicos en su país. El Riksdag, principal cámara gubernamental del país, apoyó su nombramiento para suceder al hasta entonces líder del Gobierno sueco, Stefan Löfven, que cayó en una moción de censura propiciada por sus socios de izquierda. Sin embargo, Andersson dimitió a las ocho horas de su nombramiento, al no alcanzar ella acuerdos con el Partido Verde.

No obstante, una semana después, la situación pudo encauzarse. La primera ministra volvió al Riksdag, y, tras negociaciones intensas, logró obtener el visto bueno para su nombramiento oficial como primera ministra, que sería efectivo a partir del 1 de diciembre de 2021, cuando juró el cargo ante el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. Apenas nueve meses después, vuelve a dimitir, aunque, en esta ocasión, son los números los que dan por hecho que no continuará al frente de su país.

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