JORNADA SIN INCIDENTES
Los cubanos han acudido este domingo a las urnas, en una jornada sin incidentes pero con mayor polarización de lo habitual, para decidir sobre una nueva Constitución que no modifica el sistema político ni las aspiraciones comunistas pero plasma la tímida apertura económica y social de la última década.
Casi 8 millones de electores censados habían acudido a las urnas. La presidenta de la Comisión, Alina Balseiro, calificó de "favorable" el último dato de participación, un 3% superior al de las elecciones parlamentarias de marzo de 2018, si bien el resultado de la votación no se conocerá hasta el lunes.
En Cuba no se celebraba un proceso de este tipo desde 1976, cuando se votó la actual Carta Magna, un texto a la medida del entonces mandatario Fidel Castro y de los tiempos de la Guerra Fría que fue refrendado por el 97 % de los votantes, con una abstención del 2 %. Para muchos, más allá del debate sobre la Constitución, este referendo sirve de termómetro sobre el respaldo al Gobierno liderado por Miguel Díaz-Canel, quien sustituyó a Raúl Castro en abril de 2018, y es también la primera vez en décadas que los cubanos tienen la opción real de escoger "no" en una papeleta electoral.
ALGUNOS PUNTOS A DESTACAR DEL TEXTO DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN
Aunque todo hace prever que ganará el "sí" por un amplio margen, la llegada del servicio de internet por 3G en los teléfonos celulares ha propiciado una encarnizada batalla en las redes sociales entre el oficialismo, partidario de la Constitución, y sus detractores, que han llamado a rechazarla o a abstenerse en el referendo. De las redes, la propaganda por el "sí" saltó en las últimas semanas a las calles en forma de carteles, en las pantallas de los autobuses, profusamente en los medios de comunicación estatales e incluso en los recibos de los cajeros automáticos.
El asesor del seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha calificado en Twitter el referendo cubano como "otro engaño" para "encubrir la tiranía" del "régimen.