JUICIO CONTRA LAS TABACALERAS
Las multinacionales del tabaco perdieron el pulso con el Gobierno de Australia a raíz de que la Justicia desestimara su recurso contra ley que obliga a que los paquetes de cigarrillos sean homogéneos y sin publicidad.
El Tribunal Superior de Canberra dictaminó que la ley, que entrará en vigor el próximo 1 de diciembre, no contraviene la Constitución ni infringe los derechos de propiedad intelectual como denuncia la industria tabaquera.
Las advertencias sanitarias ocuparán el 75% de la parte frontal de la cajetilla
Australia se convierte así en el primer país en adoptar el empaquetado genérico, sin marcas ni textos de promoción del tabaco, mientras que otros países como Gran Bretaña, Canadá o Estados Unidos se estudian medidas similares Encabezados por la británica British American Tobacco (con marcas internacionales como Lucky Strike), los demandantes incluyen a Japan Tobacco International, Imperial Tobacco (Cohiba o Golden Virginia) y Philip Morris (Marlboro, L&M o Chesterfield).
"Al menos una mayoría de este tribunal opina que la ley no es contraria (a la Constitución de Australia)", afirmaron los jueces, que presentarán sus argumentaciones en una fecha posterior.
Las compañías no podrán recurrir la sentencia y tendrán que empezar a empaquetar el tabaco en cajetillas de color verde oliva, con tipografía homogénea y en letra pequeña la marca, a partir de la fecha de entrada en vigor de la nueva ley.
Además, las advertencias sanitarias con tumores cancerígenos y bebés enfermos que ocuparán el 75 % de la parte frontal de los envoltorios y el 90 % de la posterior. Uno de los más firmes defensores de la ley es la fiscal general australiana, Nicola Roxon, exministra de Sanidad y cuyo padre murió de cáncer de esófago provocado por el tabaco cuando ella tenía 10 años.
"Es un hito para el control del tabaco en el mundo. Otros países podrían considerar ahora tomar medidas parecidas", declaró Roxon. Tras conocer el veredicto, el presidente del Consejo de Tabaco y Salud, Mike Daube, afirmó que se trata de "una victoria masiva para la salud pública" y "la peor derrota de la industria tabacalera mundial".