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Crispación política

Prohibido hablar de política: Las redes y otros motivos por los que la crispación puede llegar a un punto de "ruptura total"

En estas fechas de reencuentros y celebraciones, quizás la política no sea el mejor tema para sacar en la mesa. Te explicamos por qué.

-"Le han prohibido gobernar con nosotros. Se lo ha dicho Felipe González, el que tiene el pasado manchado de cal viva".

-"Usted es el hijo de un terrorista, a esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político".

-"El presidente tiene que ser una persona decente y usted no lo es".

No se trata del guion de una película de gánsteres. Todo lo contrario. Quienes han escupido dichas expresiones son nuestros representantes políticos y lo han hecho en sede parlamentaria. De todos los colores y signos, porque la crispación ha traspasado todas las siglas.

More in Common ha publicado una radiografía de la fractura social en España que analiza cómo la polarización afecta a la convivencia ciudadana y al sistema democrático. Para profundizar en estos datos, desde la Newsletter de Antena 3 hemos hablado con Luis Aguado, director de dicha organización.

En este informe no solo se muestra la sensación de división que tiene la ciudadanía, solo un 15% cree que está "unida o muy unida", sino que también refleja cómo esta polarización impacta en la vida diaria. Seis de cada diez personas en España han evitado hablar de política para no discutir, un 15% ha abandonado grupos de WhatsApp por motivos políticos y un 14% ha roto lazos familiares o de amistad por diferencias ideológicas. Pero, ¿por qué la política nos afecta tanto? ¿Por qué somos capaces de tener amigos del equipo de fútbol rival al nuestro, pero no de nuestro adversario político?

"Seguramente es por varios motivos", indica Aguado para añadir a continuación: "El primero es porque al hablar de política entran en juego nuestros valores, nuestras creencias profundas, nuestra forma de ver el mundo, y eso tiende a ser menos negociable que nuestras pasiones futbolísticas. Hay otro elemento importante, y es que, en esto de la polarización, está bastante comprobado que los ciudadanos tendemos a imitar o a dar por bueno el comportamiento de representantes políticos. Entonces, si nuestros representantes políticos empiezan a no hablar entre ellos, a insultarse, a deshumanizarse... poco a poco, eso va contagiándose a la sociedad. Y yo diría, que hay un tercer motivo, que es que hoy en día es más fácil discutir de política simplemente por el móvil. Hace unos años tú ibas de acampada, o estabas cenando con tus amigos y no recibías noticias, pero hoy en día puedes recibir una notificación de cualquier medio, entras a consultar cualquier cosa y ya ves un contenido sobre política. Las probabilidades de discutir sobre política, los estímulos que recibimos, son muchos más y, por lo tanto, se multiplican las posibilidades de disputas o conflictos".

Las redes sociales aumentan la polarización

Y eso que siempre se ha extendido la idea de que la política no interesa a nadie. Pero nada más lejos de la realidad. "La política está muy presente en nuestra vida", apunta Luis Aguado. No hace mucho que la clase política buscaba hacerse hueco, sobre todo entre el público joven. Sin embargo, desde hace unos años hasta la actualidad las cosas han cambiado y mucho. "Cada vez está más comprobado que el surgimiento de los 'smartphones' y las redes sociales está muy vinculado al aumento de la polarización no solo en España, sino también en otros países, y eso es porque estamos metidos en una rueda de actualidad constante y las posibilidades de que aparezcan conflictos se multiplican. Esta rueda de actualidad también multiplica las posibilidades de conflicto político. Al final, la política es conflicto, conflicto pacífico, pero es conflicto y, al haber acelerado el ciclo de actualidad, da la sensación de que hay mucho más conflicto del que había antes". Además, muestra del comienzo de este reportaje: "En el discurso político se han empezado a atravesar unas líneas rojas, que antes no se atravesaban en cuanto a insultos, en cuanto a la forma de hablar. La polarización es un fenómeno que ocurre, en gran medida, de arriba abajo, desde las élites hacia los ciudadanos", explica el experto.

Precisamente sobre las virtudes y vilezas de las nuevas tecnologías, Luis Aguado quiere dejar clara una cosa: "Las redes sociales están diseñadas para que el algoritmo te muestre las posiciones más extremas, que generalmente son las que provocan más clics y más retención. Cuando tú ves un mensaje de política en redes sociales, puedes pensar que la sociedad española está más dividida de lo que está, o que las personas que piensan de manera diferente a lo que tú piensas son más extremistas de lo que realmente son. Transmiten una imagen que no es real precisamente por eso, por cómo funciona el algoritmo. También hay un componente importante y es que la mayor parte del contenido de redes es generado por un número muy pequeño de personas o de cuentas. Hay una mayoría silenciosa que no está representada. Nos podemos llevar una imagen bastante distorsionada si nuestra única fuente de información son las redes sociales y no hablamos con gente que piensa de manera diferente a como pensamos nosotros en nuestro día a día".

¿Quiénes crispan más?

¿Y quién fue el primero en esto de la crispación? "Si tú le preguntas a la sociedad española quiénes son los principales responsables de la polarización, el 'top 3' estaría formado por las redes sociales, los medios de comunicación y después el partido político VOX. Luego ya vienen el Gobierno y otros partidos como, por ejemplo, el PSOE y el PP. Y si les preguntas por nombres, te señalan en primer lugar a Santiago Abascal, en segundo lugar, aunque muy cerquita, ya a Pedro Sánchez y ya a bastante distancia a Isabel Díaz Ayuso. Sí que hemos visto un elemento curioso en la encuesta, y es que hay cierto componente de autocrítica; por ejemplo, los votantes del PSOE señalan a Pedro Sánchez como el tercer representante que más polariza y los votantes de VOX señalan a Santiago Abascal como el segundo que más polariza. Los votantes o los ciudadanos sí que somos conscientes de que nuestros líderes están jugando a la polarización", explica Aguado.

Este informe, además de medir la división, también se marcó como objetivo ver cómo afecta a nuestras relaciones y convivencia y, aunque es evidente que "la polarización está ahí, todavía no hemos llegado al punto de ruptura total, que es importante que no alcancemos, porque una vez que atravesemos ese punto es muy complicado dar marcha atrás", advierte el experto. ¿La solución? No cabe duda de que ha de ser múltiple. "Tiene tres ámbitos; uno es el de las redes sociales, otra depende en buena medida de nuestros representantes políticos y la tercera parte de nosotros, que también podemos contribuir, ser capaces de mantener redes de amistad con gente que piensa diferente".

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