Volcán
Entre las medidas del Gobierno central y autonómico, se espera una inyección económica de casi 300 millones de euros. Sin embargo, los palmeros denuncian que no están llegando
El Consejo de Ministros ha aprobado este lunes 8 de noviembre una nueva partida de ayudas para la isla de La Palma. En concreto, 19 millones de euros adicionales para apoyar al sector de la agricultura y de la ganadería que tan afectados han quedado por la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
Así lo ha sentenciado el Ejecutivo, que suma esta nueva partida a la ya anunciada en octubre de 214 millones de euros y a los 10,5 anunciados en septiembre por parte del Ministerio del Interior. De estas últimas, 5,5 millones serán destinados a la compra de vivienda y los 5 millones restantes son un cheque de dinero en efectivo para la compra de enseres y medidas laborales especiales. Pero no son las únicas.
A ellas hay que sumar las del Gobierno de Canarias de más de 40 millones de euros. En total, casi 300 millones de euros de inyección económica que, según los afectados, no están llegando.
Casas prefabricadas que tampoco llegan
Ante esta realidad, parte de las esperanzas de muchas familias palmeras afectadas parten de las casi 300 casas de tres dormitorios compradas por el Gobierno regional, las cuales tampoco se están otorgando. Sin embargo, el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, Chano Franquis, ha llamado a la calma: “Lo que hemos iniciado hoy es esa fase de transición de esas familias que quieren estar hospedadas hasta que iniciemos y concluyamos el proceso de reconstrucción”.
El problema es que, desde El Paso, su alcalde ha denunciado a Antena 3 Noticias que los encargados de la construcción de las casas “no han hablado entre 20 días y un mes” y esto está demorando considerablemente el desarrollo de estas viviendas que servirán de apoyo para familias palmeras hasta que puedan recobrar su vida.
Los problemas de salud continúan
Esta realidad se suma a la preocupación por la calidad del aire de la isla, la cual continúa siendo desfavorable y preocupa especialmente en el corto y largo plazo. “El dióxido de azufre es lo que más irrita al aparato respiratorio, mientras que el efecto que puede tener la ceniza es más a largo plazo”, reconoce por su parte Luis Seijo, doctor de Neumología Clínica en la Universidad de Navarra.
A esto hay que sumar la preocupación psicológica por la situación, sobre la que Aurora Soria, psicóloga de Cruz Roja, alerta: “Hay gente que todavía está en estado de shock, que no termina de asimilarlo, y luego vendrán los duelos”. Sin embargo, La Palma amanece cada mañana en una nube de ceniza e incertidumbre.