UNA TRAMA QUE IMPLICA A TODA LA FAMILIA
El expresidente Jordi Pujol atribuyó a la herencia de su padre los millones de euros que tenía en Andorra. Los jueces nunca le creyeron. Su confesión tuvo graves repercusiones judiciales en su familia, y provocó un terremoto en la política catalana.
Pero, dos años después de aquello, la normalidad parece que ha vuelto a las vidas de la familia Pujol, que conviven con su caída. Una caída que comenzó cuando reconoció que, mientras estuvo al frente del gobierno catalán, ocultó una fortuna en Andorra.
Según él se la dejó
su padre, el abuelo Florenci, cuando se enteró de que se iba a dedicar a la política.
El juez nunca se le creyó, y le acusa de dirigir "un grupo organizado para
delinquir".
Una
trama que implica a toda su familia, los nueve miembros del clan están imputados.
Su mano derecha sería su hijo mayor, Jordi, acusado de haber engordado la
fortuna familiar a base de comisiones ilegales que pagaban empresas a cambio de
adjudicaciones públicas de la Generalitat.
No se
sabe cuánto dinero escondió Pujol en Andorra. Según él unos cinco millones,
pero pueden ser 1.000, según los datos de la UDEF.
Ahora,
dos años después, Jordi Pujol publica sus reflexiones en un blog.
En una
de las últimas dice que cometió una falta que no debía haber cometido pero que
en su momento se reconducirá.