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Las claves de la refundación de Ciudadanos: consultas a los afiliados y mayor participación de las bases

Las bases de Ciudadanos, en medio de la refundación 'naranja', apoyan una bajada de impuestos, la centralización de las competencias de sanidad y educación y un mayor uso de la energía nuclear.

El liberalismo vive su etapa más crítica en España desde la desaparición de la UCD que llevó a Adolfo Suárez al Gobierno, y posteriormente, a Leopoldo Calvo-Sotelo. Ciudadanos, el partido que representa el centro político y el liberalismo en nuestro país, vive la etapa más crítica desde su fundación en el año 2006, habiendo desaparecido de casi todos los parlamentos autonómicos y perdiendo sus cargos más relevantes en los gobiernos de las diferentes comunidades autónomas españolas.

Ahora, en su proceso de refundación, el partido ha apostado por una mayor consulta a las bases, de cara a evitar una mayor sangría de afiliados. En una consulta reciente a las bases, los afiliados del partido han mostrado su apoyo a puntos como los siguientes: una mayor bajada de impuestos, la centralización de las competencias de sanidad y educación, y un mayor uso de la energía nuclear, el asunto que más divide ahora al Congreso, y en plena crisis energética.

Ciudadanos ha mostrado su rechazo enérgico a un gasto de más de un millón de euros en renovar los teléfonos móviles de los diputados. El elevado coste se debe a que son dispositivos de última generación y que, en consecuencia, son los más caros del mercado. Y no ha sido el único rechazo de Ciudadanos: la formación naranja también se ha opuesto recientemente a que los diputados vean subido su sueldo un 3,5%, algo también rechazado por PP y Vox, pero apoyado por PSOE y Unidas Podemos.

Ciudadanos se la juega con sus últimas bazas

2023 será el año electoral decisivo que determinará la supervivencia o extinción de Ciudadanos. Cuando Albert Rivera dimitió como presidente del partido, tenían 10 escaños en el Congreso de los Diputados. Y, desde la llegada de Inés Arrimadas a la presidencia, todo ha ido a peor: un parlamentario se ha ido del partido sin dejar su acta en el hemiciclo, no han logrado actas en Galicia, dos diputados en Euskadi gracias a una alianza con el PP que no carburó, 30 diputados menos en Cataluña, un solo diputado en Castilla y León de los 12 que tenían, y cero representación en la Comunidad de Madrid y Andalucía, donde tenían la vicepresidencia y varias consejerías hasta la convocatoria electoral en dichas autonomías.

El auténtico cisma en Ciudadanos llegó cuando Inés Arrimadas pactó con el PSOE hacer una moción de censura al PP en la Región de Murcia. Varios diputados de la formación naranja se echaron atrás y la moción terminó por fracasar. La consecuencia de ello fue la convocatoria electoral de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, celebradas el 4 de mayo, y que dejaron sin escaños a Ciudadanos. El hasta entonces vicepresidente de Ayuso, Ignacio Aguado, comunicó el pasado 22 de agosto su baja de Ciudadanos, sumándose a una larga lista que ha provocado una sangría casi irreparable.

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