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Retos políticos

Un 2024 de retos políticos: de la ley de amnistía y la renovación del CGPJ a volver a acudir a las urnas

Este 2024 estará marcado por hasta tres citas electorales: las gallegas, las vascas y las europeas.

Comienza un año 2024 con enfrentamiento político, con pactos por cumplir y... con urnas. Tras un 2023 en el que las elecciones estuvieron bien presentes, estas volverán a ser protagonistas de este nuevo curso que acaba de empezar, con hasta tres citas electorales.

De esta manera, los retos políticos para 2024 estarán, en gran medida, marcados por estas citas con las urnas: las autonómicas gallegas serán las primeras en llegar, en apenas mes y medio; las vascas, de momento sin fecha, aunque previsiblemente serán en primavera; y las elecciones europeas, el próximo 9 de junio.

Además, 2024 será un año de retos importantes, como la renovación del Poder Judicial o la aplicación de la futura ley de amnistía.

'Terremoto' judicial

En Galicia, el PP pretende revalidar las mayorías absolutas de Feijóo; mientras que en el País Vasco, Urkullu no será el candidato del PNV, que se disputa la primera plaza con Bildu -algo que podría afectar directamente a los pactos a nivel nacional-.

Y en medio de este escenario electoral que se nos pinta, la ley de amnistía se aprobará en las próximas semanas, tal y como pidieron desde ERC y Junts. La norma, que necesitará primero el aval del Tribunal Constitucional, permitiría a Puigdemont poder volver a España.

Un 'terremoto' judicial que se vendría a sumar a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Una legislatura de negociaciones

Los socios de Pedro Sánchez tendrán en su mano marcar el ritmo de la legislatura. Sin olvidar que el presidente del Ejecutivo tendrá también que negociar con los cinco de Podemos que se han desvinculado de Sumar. Unas negociaciones que también estarán presentes con los nacionalistas y los independentistas.

Los independentistas fiscalizarán el pacto alcanzado para la investidura con un 'verificador' y con agendas bilaterales, así como con la foto entre el presidente del Gobierno y Carles Puigdemont. Unos gestos que, en palabras del propio Sánchez, servirían para "normalizar" las relaciones entre ambas partes. Ello, con la celebración del referéndum catalán sobre la mesa.