Calor
Un estudio ha revelado que los países situados al sur de Europa perderán cientos de turistas por culpa de las altas temperaturas.
Varios expertos de la Unión Europea han realizado un estudio para conocer qué pasaría si la temperatura del planeta aumentase 4 grados más. En los resultados se señala que los países del sur de Europa serían los más perjudicados ya que perderían cientos de turistas que viajan cada año a sus ciudades para disfrutar de un respiro del trabajo y conocer un poco más sobre las culturas de cada uno de los lugares.
Este es el peor escenario que se puede prever en el caso de que la temperatura del planeta aumentase. Los países más afectados serían Chipre y Grecia, allí la pérdida de turistas sería exponencial, lo que significa a su vez una pérdida de millones de euros. En el año 2022, Grecia registró más de 27 millones de euros gracias a la llegada de visitantes a sus islas, por lo que una pérdida en el número de turistas sería perjudicial para el país.
Al parecer y según indica el estudio, la pérdida que sufrirán estos países es de un 7%. España y Portugal también resultarían muy afectados por la ola de calor que provocaría el aumento en cuatro grados de la temperatura del planeta. En España, de media solemos tener unos 23 grados, en el sur esta cifra se eleva hasta los 32 grados.
Las costas de España suele ser uno de los atractivos turísticos en los meses de verano pero, si en Andalucía tienen de media unos 32 grados en verano y tenemos que añadirle cuatro más, se rondaría los 36 grados de media. La pérdida de turistas que va a sufrir nuestro país va a ser muy grande, de casi un 3% después de alcanzar casi los 40 grados de media en algunas de nuestras zonas de costa.
Justo en la zona opuesta, los países del norte serían lo que tendrían un beneficio de que se produjese una aumento de la temperatura en cuanto a turismo se refiere. Casi un 9% más de visitantes acudirían a países como Reino Unido, Irlanda o Lituania.
Estos países son menos visitados por los turistas por culpa de las temperaturas gélidas a las que están expuestos diariamente, y aunque en la temporada de verano sea menor, el frío no les abandona en ningún momento.