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Sequía

José Manuel, el pastor que huye de Extremadura por la sequía con 1700 ovejas

Este pastor ha comenzado un recorrido de 600 kilómetros desde Santa Marta de Magasca, en Cáceres, hasta Riaño, en León. Va en busca de los prados verdes del norte de España para que sus ovejas puedan comer.

La finca de José Manuel (43 años) en Extremadura se ha convertido en un secarral. No hay comida ni agua ni pastos para las más de 2000 animales que tiene este pastor entre ovejas, cabras y otros animales.

La situación es tan grave que se ha visto obligado a comenzar la trashumancia, algo que desde que empezó en el oficio hace 16 años había soñado hacer, como una experiencia enriquecedora, pero que a día de hoy la emprende por necesitad. Su objetivo no es otro que el de que sus animales no se mueran: lo hace por supervivencia.

Escapar de la sequía

La falta de lluvias en Extremadura y en muchas otras zonas de España ha dejado este año sin pastos la finca de José Manuel. Muchos ganaderos tienen que comprar alimento y el precio de la paja se está disparando. Los que no pueden pagarla tienen que sacrificar a su ganado y los mataderos están colapsados.

Este pastor solo tenía dos opciones: o bien gastarse miles de euros en comprar pienso para alimentar a los animales o bien buscar un nuevo espacio donde pudieran pastar libremente todo lo que quisieran. Eligió la segunda opción, especialmente por una cuestión económica -la primera suponía la ruina-.

El precio del pienso se ha disparado por la sequía: hay poco y el que hay es cada vez más caro. José Manuel ha aquillado una finca en Riaño, León, desde el 15 de junio y durante 4 meses por 12.000 euros con el objetivo de que su ganado no se muera de hambre y su negocio pueda ser sostenible tanto para él como para su familia.

40 días caminando

El domingo 14 de mayo este pastor comenzó a recorrer a pie los 600 kilómetros que le separan de su nuevo hogar. Tendrá que atravesar decenas de pueblos por Toledo, Ávila o Valladolid en un camino que no hace solo, sino que le acompañan 1700 ovejas, 30 cabras, 12 perros para proteger a los animales de los lobos y 7 familiares.

Comienzan a caminar a primera hora de la mañana para aprovechar las horas más frescas del día y no caminar con el calor. Llegan a recorrer todos juntos una media de 20 kilómetros al día. Así esperan llegar a Riaño, en León, en 40 días.

Cuando caen los últimos rayos de sol toca buscar un sitio donde dormir y aquí no hay lujos. Cada noche, llueva o no, y pase lo que pase, tiran sacos y sueñan mirando las estrellas, tirados en el suelojunto a los animales.

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