VOLVERÁ EN SEPTIEMBRE

La Eurocámara aplaza la reforma de la controvertida ley de derechos de autor

El texto volverá en septiembre al Parlamento europeo para ser enmendado y buscar otro enfoque en dos de los puntos más problemáticos: el canon digital y el rastreo por algoritmos del material protegido.

El pleno del Parlamento Europeo rechazó iniciar las negociaciones para reformar la ley europea de los derechos de autor y aplazó la decisión a septiembre para buscar otro enfoque en dos de los puntos más problemáticos: el canon digital y el rastreo por algoritmos del material protegido. 318 votos a favor, 278 en contra y 31 abstenciones provocaron el rechazo de la revisión de la directiva sobre los derechos de autor, que no se pone al día desde el año 2001, un proyecto que se debatirá de nuevo en el pleno de la Eurocámara en septiembre con la posibilidad de introducir enmiendas.

Populares y socialistas votaron a favor, pero no así Verdes, Izquierda Unitaria y liberales, que piden un modelo distinto y un debate más amplio y sosegado.

La diferencia de voto (40 votos) fue lo suficientemente amplia como para que no fueran decisivas las 14 ausencias del Partido Popular español (14 de los 16 eurodiputados estaban viajando a España para votar en las primarias de esta formación, de las que debe salir el nuevo líder que sustituya a Mariano Rajoy).

Tanto pequeñas plataformas como gigantes de internet habían criticado el fondo y la forma exprés de aprobación de la reforma de la directiva de derechos de autor.

El texto, al que los eurodiputados solo podían otorgar consenso o rechazo, sin enmiendas, contenía dos puntos polémicos que pretendían recabar más dinero para los autores o medios de comunicación.

Por un lado, el establecimiento de un canon a pagar por las plataformas a medios de comunicación y autores de contenido cuando lo reproduzcan.

Se trataría de establecer un canon como el que pagó en su día Google News y que llevó a la plataforma a cerrar el servicio en países como España o Alemania. Pero también afectaría a otros proyectos más pequeños de agregación de noticias, portales como "Menéame", aunque los usuarios hubieran podido compartir igualmente sin problemas enlaces a noticias gratuitamente en sus redes sociales.

En segundo lugar, planteaba que las plataformas debían desarrollar y establecer un filtraje de contenido para asegurar el pago de los derechos de autor por el contenido (fotos, canciones, obras de arte) que los usuarios quieran subir a la red. Para los detractores, la posibilidad de que sean algoritmos los que puedan filtrar elementos sujetos a derechos de autor significa desarrollar tecnologías que pueden vulnerar la privacidad y la libertad de expresión.

Del texto se excluía, según quisieron dejar claro desde el principio los autores del informe parlamentario, tanto "gifs" como "memes", así como plataformas sin ánimo de lucro como Wikipedia, si bien desde esa página se llevó a cabo este miércoles un acto de protesta contra la norma. Fuentes de Wikipedia señalaron a Efe que el texto rechazado hoy por la Eurocámara hubiera obstaculizado "significativamente el acceso a la información y la colaboración en línea, erosionando la libertad de Internet en todo el mundo".

Uno de los ponentes, el conservador alemán Alexander Boss, intentó convencer a la mayoría de colegas del hemiciclo hasta el último minuto antes de la votación sobre la necesidad de votar a favor de proteger a los autores y en contra del "modelo de capitalismo y monopolio de Google, Facebook y Amazon".

En las últimas horas, en redes sociales ha sido tendencia la etiqueta "Salva tu internet" contra la medida, por parte de los internautas que consideraban que la nueva directiva podía cortar las alas a los pequeños proyectos y al internet abierto tal y como lo conocemos.

Defensores del texto, como la eurodiputada francesa Virginie Rozière habían denunciado haber recibido incluso amenazas de muerte de los detractores del proyecto de directiva, que habían conseguido también un millón de firmas en internet en contra de la futura ley europea.

Hasta Paul McCartney se había involucrado en la discusión con su apoyo a la directiva a través del envío a toda la cámara de una carta en la que pedía apoyo para mejorar la retribución de los creadores europeos frente a los gigantes de Internet. McCartney se unía así a más de 1.300 artistas -entre los que se encuentran James Blunt y Plácido Domingo- que también habían pedido a los políticos que votaran a favor de la reforma.

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