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Gaseoducto

Emmanuel Macron descarta el Midcat y cree suficientes los dos gasoductos actuales

Macron considera que los dos gasoductos actuales (el de Irun y el de Larrau-Calahorra) son suficientes a futuro.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha mostrado este lunes en contra de la construcción del Midcat al considerar que no hacen falta nuevas interconexiones de gas con España porque las actuales están muy lejos de la saturación. En este sentido, Macron cree que la construcción del gaseoducto no se justifica por motivos energéticos o ambientales.

"No estoy convencido de que necesitemos más interconexiones gasísticas [entre Francia y España], cuyas consecuencias, especialmente en el medio ambiente y los ecosistemas, son muy importantes", ha señalado.

Macron ha explicado durante una conferencia de prensa sobre energía que los dos gasoductos que unen actualmente los dos países, por el País Vasco y Navarra, están "infrautilizados". Desde febrero se están utilizando al 53 % y que en agosto ha sido Francia la que ha exportado gas a España y no al contrario. En cambio, se ha mostrado a favor de "desarrollar las conexiones eléctricas con España" para la exportación a Europa de energía producida a partir de renovables.

A nivel europeo, Macron ha expresado su apoyo a compras de gas conjuntas, así como a un "mecanismo de contribución" comunitario por parte de las empresas en lugar de un impuesto a los beneficios.

Una oportunidad para España

España es el país de Europa con más capacidad de almacenamiento de gas, así como con más capacidad de regasificación (el gas llega en barcos en estado líquido y en las plantas se gasifica). España cuenta con el 35% de la capacidad de almacenamiento de gas de la UE (y Reino Unido).

Ha sido la amenaza de Rusia de cortar el gas natural lo que ha llevado a los países de la Unión Europea a una reconsideración de lo que debería haber sido la red energética más segura del continente.

El proyecto de gasoducto de España con Francia que atraviesa la cadena montañosa por Cataluña, el Midcat, se paralizó por una combinación de circunstancias. Por un lado, a Francia no le interesaba, porque exporta energía procedente de sus centrales nucleares. Por otro lado, Bruselas se desinteresó porque el gas natural es un combustible fósil.

El proyecto MidCat lleva años paralizado por sus elevados costes y el hasta ahora bajo precio del suministro ruso. Faltan por construir 226 kilómetros de tuberías desde la localidad catalana de Hostalric hasta la francesa Barbaira y España pide que la UE sufrague los gastos. La semana pasada, al término de una reunión conjunta, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, abogaron de nuevo por el proyecto.

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