El modelo ha sido diseñado por un gallego
No ruge el motor, no tiene depósito de gasolina y no contamina. Se fabrica en China pero su sello es gallego. La idea es de un empresario vigués que lleva trabajando en el proyecto tres años y el resultado es un utilitario de conducción automática con capacidad para dos personas, con una potencia de cuatro kilovatios con una velocidad de 45 kilómetros por hora con un peso de 350 kilos, y lo más importante, lo pueden conducir menores de edad o personas que no tengan carné de conducir.
Dice quien lo ha probado que el coche es amplio, cómodo y fácil de conducir y sobre todo, silencioso y con importantes beneficios económicos para el usuario porque no tiene ningún mantenimiento. Dicen que es el futuro, pero la verdad es que este tipo de cambios cuesta que la gente los acepte de forma rápida, sobre todo si se trata de personas mayores. El precio de este modelo es de 8.000 euros.