Opinión
La presentadora de Espejo Público elogia la actitud del mejor tenista de la historia ante una lesión que le podría apartar de las pistas para siempre. "¿Os imagináis cómo sería este país si todos hiciéramos lo mismo?", destaca.
Si me lo permitís, esta semana os quiero hablar del tenista más laureado de todos los tiempos. Rafa Nadal: 22 Gran Slam y 14 veces campeón de Roland Garros.
Ha roto todos los moldes. Fue el tenista más joven en conquistar 4 Gran Slam y ha sido el más veterano en ganar el Roland Garros superando, con 36 años, a Andrés Gimeno. Pero, más allá de su impresionante palmarés, me fascina como a todos, su carácter.
Le pregunté el lunes por su lesión en el pie izquierdo, la que arrastra con muchísimos dolores desde hace 16 años. Había jugado anestesiado y él mismo me reconocía que si la radiofrecuencia no le funciona, se tendrá que operar, lo que podría apartarle definitivamente de la pista. Curiosamente él reivindicaba la duda. Me decía que no sabe qué va a pasar y que la duda es buena, porque hace que no te acomodes, que trabajes todavía más, que luches contra tu propio cuerpo para sacarle todo el rendimiento.
Ahí donde casi todos veríamos un problema, Rafa encuentra carburante para luchar más, y me pregunto si todos aplicásemos lo mismo a nuestras profesiones o al país. ¿Os imagináis si, en lugar de quejarnos, hiciésemos de la duda y la flaqueza un carburante para rendir un 120%?