Atletismo
Antonio Rubio, un extremeño de 30 años, se enfrenta este fin de semana a 'Shogun', la carrera de obstáculos más dura de Europa. En 24 horas, deberá superar 600 obstáculos y más de 140 kilómetros, buscando romper el récord europeo.
Antonio Rubio, un emeritense de 30 años, se ha convertido en un ejemplo de superación y resistencia. Tras un impresionante recorrido deportivo, afronta su reto más ambicioso hasta la fecha: completar la carrera 'Shogun' en los Países Bajos. Esta competición de 24 horas está diseñada para llevar al límite a sus 50 participantes, que deben superar más de 140 kilómetros y 600 obstáculos, todo sin asistencia y con tiempos de corte a los 30 y 50 kilómetros.
De momento, puede presumir de ser el primer español en haber completado la Iron Viking (42 kilómetros y 100 obstáculos) y la Ultra Viking (60 km y 135 obstáculos). Un total de 102 kilómetros y 235 obstáculos que logró completar en 14 horas y 14 minutos.
''Al terminar me enteré que había hecho el récord de la prueba, bajé de las 15 horas'', explica Antonio Rubio a Antena 3 Deportes.
Pero Antonio no es un deportista cualquiera. Su historia de transformación personal comienza cuando pesaba 120 kilos y apenas podía subir tres pisos sin quedarse sin aliento. Hoy, sin embargo, se le conoce como el 'Ragnar volador', y es el primer español en completar dos de las pruebas más exigentes de las carreras de obstáculos: la Iron Viking y la Ultra Viking.
"El ritmo no es tan estable como en un maratón de asfalto y la cabeza juega mucho en tu contra en estas carreras, necesitas tenerla bien fría", detalla Antonio.
Con su preparación en la recta final para el reto de este 19 de octubre, Rubio ha llevado su cuerpo y mente a un estado ideal para competir en 'Shogun' (140 kilómetros y 600 obstáculos). Este desafío no es apto para cualquiera: el 60% de los participantes no logra terminarlo. Sin embargo, Antonio está decidido a romper el récord y superar la marca europea en esta increíble carrera de obstáculos.
Además de su vida competitiva, Antonio está transmitiendo su pasión a su hijo, con quien ya ha comenzado a participar en carreras más reducidas de hasta 4 kilómetros. Para el corredor de Mérida, el deporte no es solo una actividad física, sino una forma de vida.
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