Aventura
La piloto estadounidense Jesse Combs, al igual que Mike Hughs en un llamativo reto, falleció el pasado año en un accidente de automóvil cuando trata de batir el récord de velocidad punta conseguido por una mujer, y, pese a la trágica escena, los intentos por luchar contra la física se siguen sucediendo.
Sin embargo Combs, pese a ir a más de 800 km por hora, se quedó bastante lejos del actual coche más rápido del planeta. Este bólido es capaz de ponerse a 1010 km/h en apenas 50 segundos.
"Es una sensación fenomenal, te da vida hacer tiempos tan buenos. Estamos a un nivel increíble", aseguró Estuart Edmondson, ingeniero de operaciones del proyecto.
La velocidad provocó que la pintura se desprendiese fruto de la fricción con el aire y que las ruedas dieran más de 170 vueltas por segundo, su objetivo, llegar a los 1600 km/h.
Andy Green es el piloto responsable de batir un récord que es de su propiedad desde 1997, llegó hasta los 1228 km/h en superficie de tierra.