PRIMERA DIVISIÓN JORNADA 22 | LEGANÉS 0 - 2 SPORTING
El Sporting de Gijón volvió a meterse de lleno en la lucha por la permanencia al lograr la primera victoria (0-2) de la 'era Rubi' ante un Leganés del que ahora sólo le separan dos puntos en la tabla. Precedió al choque una intensa lluvia. Quizás por ello o porque el partido era demasiado trascendente como para andarse con florituras, durante los primeros minutos ambos conjuntos se enzarzaron en un combate de balones aéreos que solo trajo consigo rebotes, despejes y escaso peligro.
Pese a ello ofrecía algo más el Sporting ante un Leganés incómodo hasta que hizo un esfuerzo por estirarse y dejarse ver. Ayudó la presencia de Alberto Bueno, en cuyas botas nació un gran centro para Guerrero que el punta cabeceó desviado en la que fue la única ocasión en media hora de juego. El propio Bueno se acercaría también al gol al filo del descanso, esta vez siendo él quien remató fuera de cabeza una asistencia de Samuel. En el otro área, tan solo alguna entrada aislada por banda y Traoré peleando sin tregua contra todos los contrarios que se alternaban en su marca.
Así se llegó al descanso con la esperanza de que, tras la reanudación, el espectáculo mejorara. Asumió la responsabilidad de darle otro aire a la contienda el anfitrión. Este aumentó el ritmo, incrementó la presión y decidió bajar más la pelota al verde. El resultado, una mayor profundidad en los ataques y envíos desde el costado a los que solo le faltaba alguien que pusiera la guinda.
Agradeció ese empuje el público, que solo necesitaba un aliciente para venirse arriba y entregarse a la causa. Arreciaron los cánticos, ondearon las bufandas al viento y por momentos se presentó el ambiente propio de las citas importantes. Fue, sin embargo, efervescente. El ingreso de Burgui volvió a meter al Sporting en el duelo. Su desborde le ofreció otro arma distinta a los asturianos, que comenzaron a creer que llevarse los tres puntos era posible.
Ese acto de confianza se hizo consistente casi de manera repentina. Una acción ensayada en saque de esquina permitió que Canella recibiera al borde del área sin oposición. Golpeó el zaguero a puerta de primeras y lo intrascendente se hizo drama cuando el esférico se coló por debajo de Herrerín. Gestos de frustración en los jugadores del Leganés, que no terminaban de entender cómo podían ir por debajo.
No había más remedio que lanzarse a por el empate y ese esfuerzo ofensivo acarreaba consigo ciertas fisuras. Una de ellas la aprovechó el inspirado Burgui para cazar un balón en profundidad y poner la directa hacia la portería antes de definir en el mano a mano. Era el delirio, un canto a la vida entre los grandes que el extremo celebró en comunión con los aficionados rojiblancos. Había motivos para ello.