ÚLTIMA CORRIDA

Los Toros, 23ª de San Isidro: A cada cual... peor

Mosqueo. Ese era el sentir general de los aficionados (si es que queda alguno ya) desde última hora de ayer cuando se supo definitivamente que la corrida de Adolfo Martín no se lidiaría en el último festejo de San Isidro.

Una nueva corrida fantasma, de las que sólo existen el día de la presentación de carteles, ya que luego, cuando los toros llegan a los corrales de Madrid han perdido según cuentan unos cuantos kilos y una cuarta de alzada...

Y como la empresa, siempre vigilante a la atención que merece el aficionado, se saca de la manga una indigna corrida del Marqués de Domecq que, bien mirada, tampoco era la idónea para esta sustitución. Indigna por presentación e indigna por la supuesta casta que preveíamos.

Hasta cuatro 'sardinas' han salido por chiqueros con el hierro del Marqués. Con más kilos que los que les atribuían la tablilla y de una mansedumbre exasperante. ¿Opciones para los diestros? Se lo pueden imaginar. Ninguna.

Y del sobrero que saltó en primer lugar ni hablamos. Feo, sin cabeza aparente, de aspecto viejuno y de una flojedad que sólo no vio el señor Muñoz Infante. Una delicia para el paladar más exigente de cualquier aficionado taurino. San Isidro se ha acabado. Queda el Aniversario y se admiten apuestas sobre lo que veremos en el plano ganadero. Yo, por si acaso, me guardo el dinero en el bolsillo...

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