A LA VENTA DESDE EL 6 DE MARZO
Ceferino Carrión huye de la España franquista, gris y asfixiante, buscando aires nuevos. Es consciente que si quiere ser alguien en este mundo tiene que buscarse la vida en otro sitio. Después de intentarlo varias veces logra embarcar a bordo de un barco en el puerto de Le Havre, en Francia, en dirección a los Estados Unidos, para hacer realidad su sueño. En Nueva York cambiará de identidad y se convertirá en ciudadano estadounidense con el nombre de Jean Leon. A punto de ser llamado a filas para ir a la guerra de Corea, vuelve a huir pero en esta ocasión pone rumbo a Hollywood, dónde una serie de golpes de suerte le llevan a vivir a un paso de la gloria, junto a las estrellas de cine que admira y de quien se convertirá en amigo y confidente. Empezando por Frank Sinatra, James Dean, Marylin Monroe, Paul Newman, JFK o Liz Taylor.
La amistad con James Dean fue fundamental para que sus sueños se hicieran realidad, ya que no sólo encontró a su alma gemela en aquel actor, sino también a alguien que confiaba tanto en él que estuvo dispuesto a invertir dinero en el nuevo restaurante que el español quería abrir en el corazón de Hollywood. Por desgracia, el día antes de que fueran al banco para formalizar el trato, Dean murió en un accidente de coche, dejando al cántabro sin el dinero y, más importante, sin su compañía.
Pero Jean Leon no daría marcha atrás.
El 1 de abril de 1956, La Scala abrió sus puertas en el corazón de Beverly Hills. La elegancia en la decoración y la excelencia en la cocina hicieron que los rostros más famosos del Hollywood dorado de los años 50 ocuparan las mejores meses.
Algún tiempo después, Jean Leon se dio cuenta de que necesitaba un vino especial para sus selectos clientes. Aprovechando un viaje a Europa para asistir a un rodaje de Elizabeth Taylor, visitó la localidad catalana de Vilafranca del Penedés, una zona poco conocida en el sector vitivinícola internacional pero especialmente recomendada por el enólogo más prestigioso del momento: el doctor Maynard Andrew Amerine.
De manera que,en 1962, Jean Leon compró un terreno en Torrelavit por seis millones de pesetas, y contrató al joven enólogo Jaume Rovira para que le ayudara en su nuevo proyecto. Juntos experimentaron con todo tipo de variedades de uva y de técnicas de cultivo, llegando a la conclusión final de que lo mejor que podían hacer era traer esquejes de Burdeos, aun cuando fuera de un modo clandestino. Tras seis años injertando, plantando, probando y volviendo a probar las diversas variedades de uva (chardonnay, cabernet franc, cabernet sauvignon…), dieron con el vino definitivo.
En 1969, consiguieron la primera partida de cabernet sauvignon Jean Leon, que todavía hoy es uno de los vinos más apreciados del mundo. Y en 1981 el presidente Ronald Reagan brindó con su vino para celebrar que acabava de llegar a la Casa Blanca, viendo así cumplido otro sueño.
Jean Leon demostrará que, con sacrificio y esfuerzo, los sueños están al alcance de todos, porque vivirá en una época en que todo es posible.
Martí Gironell, autor de La fuerza de un destino (Planeta)