Notre Dame
Los órganos de la catedral han sonado por primera vez desde 2019 en un día en el que Macron ha ejercido de anfitrión ante invitados como Trump, Zelenski o el príncipe Guillermo.
El renacimiento de Notre Dame llega en un momento difícil para Francia, tras la aprobación de la moción de censura. La rápida restauración de la catedral después del voraz incendio que destruyó el tejado y la aguja, se ha visto empañada por la inestabilidad política y presupuestaria. Aún así, Emmanuel Macron, antes de que comenzase la liturgia ha expresado la gratitud de la nación francesa. "Quiero agradecer a todos aquellos que salvaron y reconstruyeron la catedral. Decidimos reconstruir Notre Dame aún más bella después de cinco años", ha dicho en un día donde las campanas de Notre-Dame han vuelto a sonar y a repicar tras cinco años de silencio.
Fue el arzobispo de París, Laurent Ulrich, el que ha reabierto oficialmente la catedral de Notre Dame. Lo ha hecho con un rito que ha consistido en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que ha sido entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral. Por su parte, los cantores han pronunciado el salmo 121 de la Biblia.
Tras abrir las puertas se ha dirigido a la pila con el agua bendita antes de volver al exterior para invitar a entrar a Macron, a la primera dama francesa y a la alcaldesa parisina. Y así ha dado comienzo la siguiente etapa de la ceremonia, donde Macron ha pronunciado un discurso antes de volver a ceder la batuta al arzobispo que ha continuado con los ritos religiosos previstos.
Como estaba previsto, a la ceremonia han asistido decenas de dirigentes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.Tanto Tanto el estadounidense como el ucraniano fueron recibidos en el Elíseo, por Macron; una victoria diplomática para el presidente francés, que ha logrado el primer encuentro entre ambos dirigentes desde la victoria del líder republicano en las elecciones de noviembre.
Mientras, algunos de los asistentes se hacían fotos con el multimillonario empresario Elon Musk, también presente en esta ceremonia en la que ha habido una nutrida representación de la realeza europea, como el príncipe Guillermo de Gales o los reyes de los belgas, Felipe y Matilda.
El interior de la catedral es igualmente espectacular, considerado un ejemplo perfecto de la arquitectura gótica francesa. Los 800 millones de euros recaudados gracias a donantes de 150 países han permitido devolver a este monumento su antigua gloria. La piedra del templo, ahora blanca como debió de ser en 1163, cuando comenzó su construcción, reluce tras la limpieza exhaustiva realizada durante el proceso de restauración. Además de eliminar el hollín del incendio, se ha retirado la suciedad acumulada durante siglos en muros, frescos y cuadros. Incluso las pinturas del siglo XIX han recuperado su vibrante colorido.
El gran órgano de Notre Dame, con sus 8.000 tubos, fue desmontado pieza por pieza para ser limpiado cuidadosamente. Este magnífico instrumento, símbolo de la catedral, volverá a sonar, como prometió Macron, para traer un poco de esperanza a una Francia —y a un mundo— ansioso de buenas noticias.
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