EN UN BARRIO POBRE DE EL CAIRO
El descubrimiento, calificado por el Ministerio de Antigüedades de Egipto como uno de los más importantes de la historia, se hizo cerca de las ruinas del templo de Ramsés II en la antigua ciudad de Heliópolis, ubicada en la parte oriental de lo que es la actual capital egipcia.
El faraón, el más poderoso y celebrado gobernante del antiguo Egipto, también conocido como Ramsés el Grande, fue el tercero de la Decimonovena Dinastía y ocupó el trono entre los años 1279 a 1213 antes de Cristo. Lideró varias campañas militares y extendió el imperio egipcio desde Siria en el este hasta Nubia (actual Sudán) en el sur. "Hallamos el busto de la estatua y la parte baja de la cabeza y ahora removimos la cabeza y hallamos la corona y la oreja derecha y un fragmento del ojo derecho", ha explicado el ministro de Antigüedades Khaled al-Anani.
Los arqueólogos también hallaron la parte superior de una estatua del faraón Seti II, nieto de Ramsés II, de 80 centímetros de largo. El templo del Sol en Heliópolis fue levantado por Ramsés II, lo que da peso a la posibilidad de que la estatua lo represente, según los arqueólogos. Este era uno de los templos más grandes de Egipto, casi el doble del tamaño de Karnak, en Luxor, pero fue destruido en la época grecorromana. Muchos de sus obeliscos fueron trasladados a Alejandría o a Europa y se saquearon piedras del lugar para usarlas en otras construcciones a medida que El Cairo crecía.
El descubrimiento se hizo en el área de clase trabajadora de Matariya (la antigua Heliópolis) entre calles de barro y edificios sin terminar. Según Dietrich Raue, jefe del equipo alemán, los antiguos egipcios creían que Heliópolis era el lugar donde vivía el dios del Sol.
Los expertos intentarán extraer las piezas restantes de ambas estatuas para su restauración. Si tienen éxito y el coloso representa a Ramsés II, la estatua se colocará a la entrada del Gran Museo Egipcio, que será inaugurado en el 2018.