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Carlos Sadness presenta su libro 'El ruido de las estrellas': "Media vida me ha costado aprender a ver la vida"

El cantante y escritor presenta 'El ruido de las estrellas', un libro en el que reflexiona sobre la creatividad, el pasado y la belleza de lo cotidiano.

"Tal vez el ruido de las estrellas sea lo primero que escuchamos al nacer, una melodía en armonía con todas las cosas bellas del universo. Como ocurre con las cosas buenas, nos acostumbramos a ella hasta dejar de oírla, y después nos lleva toda una vida aprender a escucharla de nuevo".

Esa es la primera reflexión que recibe al lector nada más abrir 'El ruido de las estrellas', el nuevo libro del cantante y escritor Carlos Sadness. La obra invita a detenerse y reconectar con aquello que, sin darnos cuenta, fuimos olvidando. A través de anécdotas y pensamientos que transitan entre la poesía y la confesión, Sadness construye un libro en el que la creatividad atraviesa lo cotidiano y se convierte en una forma de vida.

Entrevista a Carlos Sadness

PREGUNTA: Vamos a hablar de la vida, de cómo contemplarla. De cómo detenerse en medio del caos para conectar de nuevo. ¿Tú has aprendido a parar?

RESPUESTA: Creo que es importante esta palabra: parar. Para contemplar hay que parar y no siempre la vida nos permite hacerlo. Creo que es un ejercicio interesante en el que eso tiene que suceder para que las cosas encajen y vayan a su lugar. Al final, pienso que media vida me ha costado aprender a ver la vida.

P: Entonces, ¿se puede aprender a hacerlo?

R: Quiero pensar que se seguirá aprendiendo. Después de una revelación, de un despertar de consciencia siempre va a haber otro luego. Siempre va a haber más que aprender.

P: Hay capítulos del libro, también de tu vida, que reconoces que te cuesta atravesar. A veces nos cuesta atravesar ciertos momentos que hemos vivido, pero es importante hacerlo.

R: Sí. Yo tenía un profe que decía que el pasado es pétreo, un adjetivo inamovible que está ahí y parece que no puedes luchar contra él y es cierto porque no vas a moverlo, pero esa relación que tú tengas con el pasado puede tener consecuencias muy vivas con el presente y con el futuro.

En el momento de escribir este libro, que realmente me cuesta mucho describir de qué va, sí que pretendía quizás mejorar la relación con el pasado para mejorar la relación con el presente. Aunque sea pétreo y no se pueda mover, abrazar las cosas bonitas que han pasado y también las difíciles. También perdonarse por no haber sabido hacerlo mejor en algunos momentos. Para mí ha sido un proceso muy revelador y sanador. Abrazar esas cosas que me han hecho ser yo en un mundo en el que cada vez es más difícil ser uno mismo y más fácil caer en lo común.

P: ¿Escribes más sobre el pasado o sobre el futuro?

R: Es algo que hablo en el libro, sobre el futuro. Mucha gente que escucha mi música me pregunta que cómo es posible que el amor tan bello de esa canción no exista. Siento que no hace falta ser artista para estar proyectando porque nos pasamos el día proyectando, creando escenarios de lo que va a pasar. Si ahora mismo no estoy viviendo un amor que me haga sentir feliz y pleno igual me apetece escribir sobre cómo sería porque quiero pensar que eso algún día lo puedo conseguir.

P: ¿Crees en el poder de la proyección?

R: Me cuesta creer en eso. Creo en buscarlo, en trabajarlo, pero por providencia mágica me cuesta creerlo.

P: Decías que te cuesta definir el libro, ¿podríamos hablar de autorretrato?

R: Para mí tampoco es tan autobiográfico porque no cuenta muchas cosas, pero usa la anécdota personal para hablar de otra cosa luego. Yo no le quiero contar a la gente por qué me gusta el helado de pistacho, si no de algo que cuando lo pruebo me lleva a un momento de mi vida que de otra manera es inaccesible porque vive en el pasado.

P: Si pudieras volver a un momento del libro, ¿volverías a ese helado de pistacho o a otro?

R: Una cosa que me gusta es la de haber podido abrazar todos esos momentos y sentir que hay algo de ellos todavía en mí. No pienso tanto si pudiera viajar al pasado porque no se puede, pero sí pienso en cómo he abrazado a ese pasado y forma parte del presente.

P: ¿Qué es para ti el éxito? Porque es algo muy subjetivo.

R: Más que del éxito hablo de la palabra suerte porque no me gusta. Cuando alguien habla de que has tenido suerte o tú mismo a veces te sientes poco merecedor de algo. Durante un tiempo pensé que estaba teniendo suerte, que había tenido suerte porque esa canción había llegado a la gente y en el libro pretendo que nos animemos a merecer las cosas. Yo me pasaba mucho tiempo pensando que no merecía que la gente estuviera ahí en mis conciertos porque era suerte y al final la suerte es una palabra que usamos porque es más fácil que decir trabajo, empeño o talento, aunque en algunos casos no hay tanto.

Hay un momento del libro que cuando lo llegué a escribir me dieron ganas de llorar. De decir ¿por qué he tardado tanto en sentir que merecía algo exitoso? Ojalá pudiera volver a vivirlo sintiendo que lo merezco.

Has empezado la entrevista diciendo que hay que parar, a veces para algunas personas es salir a andar. Para mí también es meterme en la ducha. En la ducha se me ocurren muchas cosas creativas porque no tengo otra distracción. Recomiendo ducharse a todo el mundo. (Risas). Hay que parar y darse cuenta de que las cosas que nos hacen felices son mucho más accesibles que ese viaje a Bali que nos están colocando en las Redes Sociales.

P: Con que te quedas… ¿Con las estrellas perennes o las fugaces?

R: Están bien que existan las dos. Que valoremos, también, esa fugacidad como algo que te quema en los dedos y que tiene una emoción. Que en la vida es bonito emocionarse y pelear por cosas que van a durar poco. Hay cosas muy breves en la vida que nos marcan mucho, pero obviamente esas cosas que siempre han estado ahí, un amigo, tus padres, tus hermanos, algo a lo que te dedicas que te hace feliz… No hay que dejar de valorarlo.

P: Si pudieras mandar un mensaje a otro planeta, ¿qué frase o canción mandarías?

R: Hay una frase que sale en mi último disco 'Realismo Mágico' que gustó mucho a la gente que lo escucha porque siento que muchos lo reivindicamos. En este mundo que nos empuja a ser fríos e independientes, la ternura es un acto de rebeldía. Es algo que ha estado presente en mi vida, defender lo tierno que no hay que confundirlo con cursi… Si con lo humano.

Es algo como muy sencillo y muy manido, eso de que en las pequeñas cosas hay algo, pero el ruido de las estrellas, aquí lo escribí cuando terminé de escribir el libro, es un ruido que escuchamos al nacer provocado por todas las cosas bellas de la vida pero que, como a todo lo bueno, nos acostumbramos, dejamos de oírlo y cuesta toda una vida volver a escucharlo de nuevo.

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