GIRA WRECKING BALLS
Bruce Springsteen abrió la gira europea de 'Wrecking Balls' en Sevilla con un guiño al movimiento de 15-M y no se sabe si trece meses después su indignación ha ido a menos, pero en esta ocasión la ha ocultado tras una descarga de rock que ha puesto a bailar y a cantar a los más de 30.000 seguidores que llenaban el estadio de El Molinón en su única actuación en España en 2013.
Vestido con chaleco negro, camisa gris, pantalón vaquero y su emblemática Fender Esquire apareció sobre el escenario aún de día y, como es costumbre, sin aparentar prisa para finalizar un concierto que se prolongó durante más de tres horas y cuarto a lo largo de 32 canciones en su tercera visita a Gijón, una cada diez años.
Para abrir boca de sus incondicionales arrancó con 'My love will not let you down', con la que ya puso a botar a su casi inseparable guitarrista Steve Van Zandt al grito de 'Buenas noches Gijón', para acercarse luego al público mientras su banda seguía con 'Out of the street', el primer tema de la noche 'The river', el disco con el que Springsteen entró en los años ochenta.
Esa visita a las primeras filas le permitió hacerse con un cartel de uno de sus incondicionales que le reclamaba 'Better days', proceso que repitió después para arrancarse con una rareza como 'Ant good enough for you' y entrar luego en el terreno de las versiones haciendo comparecer a la Credence y su 'Travellin band'.
Luego le tocó el turno a su último trabajo, el que da título a la gira y en el que Springsteen más social vuelve a poner el foco en las devastadoras consecuencias de la crisis económica y al que incorpora soul y arreglos folk tomados de la música celta apreciables en 'Death to my hometown' o 'Shackle and down'. 'Spirit of the night', tras una larguísima introducción a plena potencia vocal, dio paso a otro de sus últimos temas, 'Jack of all trades' tras advertir al público en español: 'Corren malos tiempos en América, en España y en Gijón. Ojalá vengan tiempos mejores'.
Y convocó a esos tiempos mejores con una armónica para anunciar un paseo junto al río y a una chica que tenía diecisiete años. Una melodía y una canción, 'The river', coreada con emoción por un público que parece no cansarse desde 1980 de oír contar la historia de un joven recién salido del instituto en unos tiempos en los que también había 'poco trabajo por culpa de la economía'.
'Atlantic city', 'You can look (but you better not touch), 'Darlington county', y su inevitable 'sha la, la', con Springsteen tocado con sombrero de cowboy recogido del público, precedió a un 'Because the night' hecho a medida para el lucimiento de Nils Lofgren en un interminable solo de guitarra.