Bola de fuego
El bólido fue detectado de madrugada por los observadores de la Universidad de Málaga.
En la madrugada del martes, una impresionante bola de fuego surcó el cielo al oeste de Cataluña, y dejó perplejos a los observadores y expertos en astronomía. Este fenómeno fue detectado por varias estaciones de la Red de la Universidad de Málaga (UMA) y de la Sociedad Malagueña de Astronomía, lo que permitió un registro detallado del evento.
El avistamiento tuvo lugar a las 04:51 horas, y fue capturado por los observatorios situados en Cabrils (UMA/SMA/R.Naves), Cosmos (UMA/SMA/Cosmos-Mataró), Sant Martí de Sesgueioles (UMA/SMA/F.Grau) y Mataró (UMA/SMA/J.Lopesino), todos ubicados en la provincia de Barcelona.
El profesor de la Universidad de Málaga, Alberto Castellón, explicó que el bólido fue visible durante más de 3 segundos, algo poco común en este tipo de fenómenos que suelen durar menos tiempo.
Este fenómeno, conocido popularmente como estrella fugaz, tuvo una altitud inicial de 66 kilómetros sobre el Parque del Montnegre y el Corredor. Se desplazó 39 kilómetros en paralelo a la costa a una velocidad media de 42.480 kilómetros por hora, y mostró visibles fragmentaciones a lo largo de su trayectoria. Finalmente, su vuelo visible concluyó a solo 33 kilómetros de altitud sobre la comarca de La Selva.
Este tipo de fenómenos celestiales no son nuevos, pero siempre logran captar la atención tanto de astrónomos profesionales como de aficionados. La detección y grabación de este bólido no solo contribuyen al estudio y comprensión de estos eventos, sino que también generan un interés renovado en la observación astronómica.
Este avistamiento se suma a otros fenómenos similares observados recientemente en diferentes puntos de España. El pasado abril, otra bola de fuego iluminó el cielo de Málaga y Granada con un resplandor azul. Este bólido, que ingresó en la atmósfera a 65.000 kilómetros por hora, fue registrado por el Observatorio de Calar Alto en Almería. La roca, desprendida de un asteroide, comenzó su fase luminosa a una altitud de 90 kilómetros sobre la línea divisoria de ambas provincias y se desplazó hacia el noreste, por lo que atravesó toda la provincia de Granada y finalizó su recorrido a una altitud de 25 kilómetros sobre el sur de la provincia de Jaén.
En marzo, las playas de la Axarquía en Málaga fueron testigos de otro asombroso fenómeno: olas luminiscentes. Vecinos de Rincón de la Victoria y Torre de Benagalbón observaron cómo el romper de las olas cambiaba de blanco a un azul eléctrico por breves momentos. Este fenómeno fue causado por la Noctiluca scintillans, un tipo de zooplancton que genera mareas rojas y verdes, aunque rara vez adquiere este color en la costa malagueña.
Estos fenómenos, aunque infrecuentes, son un recordatorio de la complejidad y belleza del universo. Los esfuerzos de instituciones como la Universidad de Málaga y la Sociedad Malagueña de Astronomía son cruciales para registrar y estudiar estos eventos, ya que proporcionan datos valiosos para la ciencia y fomentan el interés público en la astronomía.
La reciente detección de la bola de fuego en Cataluña es sólo uno de los muchos eventos que demuestran la importancia de la observación continua y la colaboración entre las diversas estaciones de monitoreo astronómico en todo el país.
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