Misión GAIA
La ESA ha publicado este lunes el estudio más detallado de la Vía Láctea hasta la fecha en base a los datos recogidos por la Misión Gaia.
La Misión Gaia de la ESA (Agencia Espacial Europea) tiene como objetivo crear el mapa tridimensional más preciso de la Vía Láctea. Gracias a sus datos, los astrónomos pueden reconstruir la estructura y evolución pasada de nuestra galaxia durante millones de años. Este lunes, se ha publicado una tercera entrega que incluye datos tan fascinantes como "terremotos estelares" o estrellas hasta ahora desconocidas.
La misión, que comenzó en 2013, ha sido capaz de revelar composiciones químicas, masas, temperaturas, edades o velocidad de las estrellas. Todo ello, basado en una técnica llamada espectroscopia que divide la luz de las estrellas en los colores que la componen. Es, además, el mapa más completo no solo porque incluye asteroides, objetos del Sistema Solar y millones de galaxias y cuásares situados fuera de la Vía Láctea. Gaia ha permitido confirmar que el sistema solar está dentro de la llamada "burbuja local", una zona bastante despoblada de estrellas, y con una concentración baja de gases y polvo interestelar.
Terremotos estelares
Gaia, según se explica en esta nueva recopilación de datos, ha podido detectar terremotos estelares que se registran en la superficie de una estrella. Como explica la ESA, anteriormente sí se habían detectado "oscilaciones radiales que ocasionaban que las estrellas aumentaran y redujeran su tamaño de forma periódica mientras mantenían su forma esférica".
Sin embargo, la gran novedad publicada este lunes es que esos terremotos son "tsunamis a gran escala". De hecho, son oscilaciones no radiales, más difíciles de detectar y que sí pueden cambiar la forma de la estrella.
Precisan que se ha descubierto en "miles de estrellas", incluso, en algunas "en las que rara vez se habían observado con anterioridad". Conny Aerts, miembro de Gaia Collaboration, en el comunicado de la agencia que estos terremotos ayudan a indagar sobre el funcionamiento interno de las estrellas y lo califica como "una mina de oro para la asterosismología de estrellas masivas".
El ADN de las estrellas
Los nuevos datos también han permitido conocer el mapa químico de la galaxia hasta otras galaxias más pequeñas que rodean a la Vía Láctea. Especifica la ESA que algunas estrellas contienen "elementos más pesados" que se han creado dentro de ellas (ya que durante el Big Bang solo se formaron hidrógeno y helio).
Cuando mueren, liberan estos metales que permiten que se creen nuevas estrellas. Así, gracias a este 'ADN estelar', los astrónomos pueden saber cuál es su origen.
"Gracias a Gaia, observamos que algunas estrellas de nuestra galaxia están compuestas de material primordial, mientras que otras, como nuestro Sol, contienen materia enriquecida de generaciones anteriores de estrellas", explican. En este sentido, las que están más cerca al centro de nuestra galaxia son más ricas en metales. Incluso, se ha descubierto que algunas de ellas provenían en origen de otras galaxias.