NUEVA MISIÓN DE LA NASA

Encuentran moléculas orgánicas en Marte, un hallazgo que reactiva la búsqueda de vida en el 'planeta rojo'

Los datos del rover 'Curiosity' revelan la presencia de varias moléculas orgánicas y volátiles que recuerdan a la roca sedimentaria rica en compuestos orgánicos que se encuentra en la Tierra.

La NASA ha anunciado que su robot explorador Curiosity, una misión que aterrizó en Marte en 2012, ha encontrado moléculas orgánicas formadas hace 3.000 millones de años en rocas del planeta rojo, un hallazgo que podría indicar que hubo vida. "Este es un descubrimiento muy emocionante, pero no podemos confirmar aún el origen de estas moléculas. Podría ser una prueba de vida anterior, pero también podrían pertenecer a un meteorito u otras fuentes", dijo Paul Mahaffy, director de la división de Exploración del Sistema Solar de la NASA en el canal de la agencia espacial.

Los datos del rover 'Curiosity', que forman parte de dos estudios separados, promueven la comprensión científica del metano en Marte, sugiriendo que parte de él puede quedar atrapado en cristales a base de agua, e identifican moléculas adicionales portadoras de carbono, fundamentales para comprender los procesos y condiciones en el planeta.

La investigadora Jennifer L. Eigenbrode y sus colegas del 'Goddard Space Flight Center' de la NASA analizaron muestras de perforación de suelo, también tomadas por el rover 'Curiosity', que revelan una serie de diferentes compuestos orgánicos. Previamente, se han identificado compuestos orgánicos limitados en el sitio de lutolita Sheepbed en el cráter Gale, pero los científicos todavía no comprenden la materia orgánica antigua en los sedimentos marcianos.

Aquí, los investigadores analizaron nuevas muestras de dos sitios en el cráter Gale: Mojave y Confidence Hills, que albergan lutolitas o fangolitas que tienen aproximadamente tres mil millones de años. Las herramientas a bordo del rover 'Curiosity' extrajeron las nuevas muestras y las calentaron, analizando las moléculas que se liberaron.

Los datos revelan la presencia de varias moléculas orgánicas y volátiles que recuerdan a la roca sedimentaria rica en compuestos orgánicos que se encuentra en la Tierra, incluidos: tiofeno, 2- y 3-metiltiofenos, metanotiol y dimetilsulfuro. Los autores señalan que, debido a que muchas de las moléculas analizadas aquí difieren por una sola cadena lateral de carbono, pueden ser fragmentos de moléculas más grandes.

De hecho, una comparación de estas muestras con rastros orgánicos en meteoritos marcianos también sugiere que los primeros se derivan de moléculas orgánicas más grandes. Las muestras del cráter Gale presentan niveles excepcionalmente altos de azufre, lo que podría ayudar a preservar la materia orgánica.

En la investigación han participado científicos del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT-CSIC-UGR), en Granada, y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en Madrid.

En un estudio separado, Christopher Webster y sus colegas del 'Jet Propulsion Laboratory', en el Instituto de Tecnología de California de la NASA, describen mediciones detalladas 'in situ' de metano atmosférico en Marte, que muestran una variación estacional en su abundancia. Previamente, se han detectado pequeñas concentraciones de metano en la atmósfera de Marte, pero sus orígenes han sido objeto de gran debate.

En la Tierra, la mayor parte del metano es producido por fuentes biológicas, pero se han propuesto numerosos procesos abióticos para explicar el metano marciano. En este trabajo, los investigadores analizaron el valor de tres años marcianos (55 meses de la Tierra) de las mediciones atmosféricas recogidas por el rover 'Curiosity'.

Los datos revelan que los niveles de metano de fondo en el planeta rojo tienen un fuerte ciclo estacional, que oscila entre 0,24 y 0,65 partes por mil millones, alcanzando su punto máximo cerca del final del verano en el hemisferio norte (final del invierno en el hemisferio sur).

Los autores descartan numerosas fuentes potenciales del metano, lo que finalmente sugiere que se pueden almacenar grandes cantidades en el subsuelo marciano frío en cristales a base de agua llamados clatratos. Proponen que los cambios estacionales en la temperatura podrían causar la liberación fluctuante de metano observada por el rover.

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