Perseidas
La noche del 30 al 31 de julio marca el inicio de una serie de lluvias de meteoros, con las Perseidas como el evento más destacado en agosto.
En 2024, los entusiastas de la astronomía tendrán múltiples oportunidades para deleitarse con el impresionante espectáculo de las lluvias de estrellas. Con siete eventos principales previstos, la primera gran cita será la noche del 30 al 31 de julio, cuando las Delta Acuáridas alcanzarán su punto máximo, ofreciendo entre 15 y 20 meteoros por hora.
Una lluvia de meteoros, comúnmente conocida como lluvia de estrellas, ocurre cuando partículas de polvo o hielo de cometas se adentran en la atmósfera terrestre a alta velocidad, desintegrándose por fricción y creando brillantes rastros luminosos, conocidos como estrellas fugaces. Para disfrutar plenamente de este fenómeno, se recomienda buscar lugares con pocos obstáculos visuales, lejos de edificios, árboles o montañas que puedan obstruir la vista del cielo.
Entre los eventos más esperados del año se encuentra la lluvia de meteoros Perseidas, también conocidas como 'lágrimas de San Lorenzo'. Este evento se produce anualmente alrededor del 12 de agosto, cuando la Tierra atraviesa la estela del cometa Swift-Tuttle.
Las Perseidas pueden alcanzar velocidades de más de 50 kilómetros por segundo y una actividad máxima de hasta 200 meteoros por hora, lo que las convierte en la lluvia de meteoros más popular y fácil de observar del año.
Según el Observatorio Astronómico Nacional, en 2024 el pico de actividad de las Perseidas se espera para el 12 de agosto entre las 15:00 y las 18:00 horas (hora oficial peninsular). Aunque el cuarto creciente de la Luna podría dificultar la observación, la intensidad de esta lluvia sugiere que numerosos meteoros serán visibles en las noches cercanas a esta fecha, especialmente tras el ocaso lunar.
Las lluvias de meteoros son un recordatorio de nuestra conexión con el vasto universo, ofreciendo un espectáculo natural que nos invita a mirar al cielo y maravillarnos con su grandeza. Prepárate para disfrutar de estas noches estrelladas, buscando un lugar adecuado y dejando que la magia del cosmos te envuelva.
Las Perseidas se producen cuando la Tierra atraviesa la estela dejada por el cometa Swift-Tuttle. Este cometa deja tras de sí una corriente de partículas de polvo y hielo que, al entrar en la atmósfera terrestre, se desintegran creando el fenómeno de la lluvia de meteoros.
Los destellos, o estrellas fugaces, se ven cuando las partículas de polvo del cometa entran en la atmósfera terrestre a gran velocidad y se desintegran debido a la fricción con los gases atmosféricos, generando un rastro luminoso.
Un meteoro es una partícula de polvo o roca que entra en la atmósfera de la Tierra y se desintegra debido a la fricción, creando un destello de luz visible desde la superficie terrestre.
En 2024, el mejor día para ver las Perseidas será el 12 de agosto, aunque la actividad será notable también en las noches cercanas a esta fecha.
Las Perseidas parecen provenir de un único lugar en el cielo, llamado radiante, que está ubicado en la constelación de Perseo. Este efecto es una ilusión de perspectiva, ya que los meteoros están entrando en la atmósfera en trayectorias paralelas.
Son populares debido a su alta tasa de actividad, que puede alcanzar hasta 200 meteoros por hora en su pico, y a las condiciones favorables del verano boreal, que facilitan la observación al aire libre.
Las Perseidas son visibles principalmente en el hemisferio norte. Aunque pueden observarse en el hemisferio sur, la visibilidad es mucho menor.
No, las Perseidas son visibles principalmente durante la noche y las primeras horas de la madrugada, cuando el radiante está más alto en el cielo y el cielo está oscuro.
Se llaman así porque su pico de actividad ocurre alrededor del 10 de agosto, fecha en que se celebra la festividad de San Lorenzo, un mártir cristiano. La asociación con "lágrimas" proviene de la tradición de considerar los meteoros como lágrimas del santo.
Para observar las Perseidas, es ideal estar en un lugar con cielos oscuros y sin contaminación lumínica, lejos de obstáculos visuales como edificios o árboles. No se necesita equipo especializado, aunque una manta y una tumbona pueden hacer la experiencia más cómoda.
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